viernes, 19 de agosto de 2022

JOAN SÁNCHEZ FORTÚN - CONOCIMIENTO INTERIOR -RESILIENCIA-

 


Interesante el tema de la resiliencia. Es la capacidad personal para superar las situaciones traumáticas con un mínimo de costes afectivos o emocionales, brevemente expresado. 

 

Ante situaciones traumáticas, generadoras de dolor, las personas podemos llegar a responder de una forma variada. Lo analizaremos bajo dos aspectos diferentes: A; aquellas personas que disponen o están dotadas de una cierta capacidad para superar situaciones conflictivas y, B; aquellas otras cuya superación es la consecuencia de su conocimiento interior: sinónimo de evolución y madurez personal.            

 

A: La persona dispone como un hecho innato - forma parte de su personalidad de base- de una valorable «capacidad natural y suficiente flexibilidad mental y/o tolerancia», - no necesariamente propiciadas por su evolución- para superar las situaciones adversas. Esta es una de las vías o explicaciones por la cual, ante el mismo problema, unas personas lo superan con mayor facilidad y menor sufrimiento que otras.  

 

La capacidad natural, mencionada anteriormente, evitará cargar con sufrimientos innecesarios, pues facilitará minimizar las situaciones conflictivas o traumáticas. La persona dispondrá de ese bien natural con unos mínimos costes de dolor  

 

Ponernos de víctimas ante una situación conflictiva - ¡por qué me ha pasado a mí y no a otro! - no nos ayudará a superarnos; al contrario, lo convertiremos en un pesado lastre de difícil superación. 

 

B: La segunda posibilidad para no vernos afectados tan negativamente por los diversos problemas cotidianos, sería - y es- la línea evolutiva, propiciada por el Conocimiento Interior- con mayúsculas-. 

 

Involucrarnos en potenciar dicho Conocimiento Interior nos dará la fortaleza necesaria-con unos mínimos costes- para superar el sufrimiento ocasionado por aquellas situaciones traumáticas de difícil superación a las que tendremos que hacer frente. A su vez, favorecerá el arte de la aceptación.  Recordemos que las situaciones no aceptadas, en sus diversas áreas, nos abocarán al sufrimiento hasta su aceptación. No veo otra salida, ¿existe? 

 

Es a partir de dicho Conocimiento Interior, cuando la persona empieza a construir una vida lo más plena y amplia posible en sus diversas áreas y situaciones; nos evitará tanto sufrimiento inútil cómo estéril. Ese Conocimiento es el mismo que potencia y fortalece nuestros valores personales y defenestra los negativos. Óptima e indispensable herramienta para luchar contra tanto sufrimiento. 

 

El Conocimiento Interior, bajo mi punto de vista, es la herramienta imprescindible y necesaria si deseamos potenciar la resiliencia, ahora sí, por nuestro empeño en conocernos y descubrirnos como seres humanos, de lo contario, dependeremos de la personalidad de base mencionada anteriormente, no por nuestro espíritu de superación.   

 

¿Cómo se supera el sufrimiento? A través de la madurez que proporciona el Conocimiento Interior, el mismo que favorece y propicia la evolución personal. En esa frase queda reflejado el poder de la resiliencia; nos dará las fuerzas suficientes para luchar y superar las diversas dificultades que nos presenta la vida para no caer bajo el influjo del sufrimiento. 

 

 Recordemos: Aquellas situaciones no resueltas ni superadas llenarán la mochila de problemas irresueltos con los que cargaremos el resto de nuestras vidas hasta su resolución.  

 

El Conocimiento Interior nos ayudará, entre otros valores, a superar: 

Las dependencias y los vacíos afectivos. 

Los miedos. 

Sentimiento de culpabilidad. 

Sufrimiento innecesario. 

La soledad y el silencio. 

 

A reconocer: 

Nuestros límites y áreas que deben ser mejoradas. 

Cuando nos auto engañamos.  

Cuando queremos por «necesidad», no cómo un acto en libertad. 

Nuestro grado de ego. 

 

A potenciar:  

La tolerancia, la responsabilidad, la escucha, la comprensión…Valores tantas veces repetidos. 

Valores por los que los humanos debemos relacionarnos para conseguir ese Mundo Mejor, entre ellos: humanidad y humildad. 

 

Recomiendo la lectura del libro: Conocerme para evitar el sufrimiento innecesario. Por la temática y el desarrollo de los temas expuestos –cómo los citados, entre otros-. La lectura e integración del contenido de ese solo libro, va a producir, producirá, un cambio favorable en nuestras vidas: nos evitará tanto sufrimiento innecesario.  

  

Por definición podemos afirmar que la «mejor» resiliencia es la que proporciona la madurez 

y la evolución, adquiridas por nuestro espíritu de superación 

mediante el Conocimiento Interior. 

 

SI DESEAS SUPERAR EL SUFRIMIENTO: ¡CONÓCETE!  

 

lunes, 8 de agosto de 2022

RESILIENCIA (NO SOLO UNA FORMA DE AFRONTAMIENTO) (PARTE 2)

 


Ser resiliente no significa que la persona no experimente dificultades, desequilibrios, desajustes. Dolor emocional, ansiedad, tristeza, son elementos comunes en todas las personas que han padecido dichas adversidades, pero de la persona resiliente sale una fuerza interior que hace que se vaya sobreponiendo a todas esas inestabilidades.

En un ser resiliente es como si hubiera descubierto una cantidad de recursos, que estaban latentes, y que le permiten afrontar dificultades difíciles de superar.

Lo mismo que hablamos de personas resilientes, ya podemos hablar de organizaciones resilientes y de empresas o grupos humanos resilientes.

El nivel de resiliencia de una persona determina su habilidad, competencia, capacidad para salir más fortalecida y para recuperarse bajo circunstancias de fuerte estrés y cambio.

No cabe duda de que en las personas resilientes es como si se activaran sus áreas ocultas de clarividencia, de luminosidad y de creatividad que parecían dormidas en circunstancias normales. La resiliencia se convierte en una forma distinta, nueva, diferencial, de responder ante la vida y sus adversidades.

¿Qué atributos manifiestan las personas resilientes? 

1)     AUTOESTIMA, CONFIANZA EN SÍ MISMO/A. Una autoestima baja o exageradamente alta, producen actuaciones de desconexión con el medio tanto físico como social. Una persona con una autoestima adecuada dispone de capacidad para marcar límites, pero también para buscar apoyos, y establecer las distancias físicas y emocionales equilibradas. 

2)     AUTOCONOCIMIENTO, INSTROSPECCIÓN Y AUTORREFLEXIÓN. Conocimiento de uno mismo, capacidad para realizarse las preguntas utilitarias adecuadas ante la situación, mantener congruencia, honestidad. Reconocimiento propio y reconocimiento de los otros. 

3)     MANEJO DE LAS CRÍTICAS NEGATIVAS. 

4)     AUTOMOTIVACIÓN Y COMPROMISO CON UNA IDEA, CON UN PROYECTO. 

5)     BUENAS GESTIÓN EMOCIONAL Y EMPATÍA CON LOS DEMÁS. 

6)     COMUNICACIÓN POSITIVA Y CON DIRECCIONALIDAD. ESCUHA ACTIVA. 

7)     TOMA DE DECISIONES CON FLEXIBILIDAD, ADAPTÁNDOSE A LAS CIRCUNSTANCIAS.

8)     VALORACIÓN DE LA DIVERSIDAD. 

9)     CREATIVIDAD, RESOLUCIÓN DE PROBLEMAS, INNOVACIÓN, BÚSQUEDA DE OPORTUNIDADES, INICIATIVA. 

10)  CAPACIDAD DE CREAR ORDEN, BELLEZA, FINALIDAD A PARTIR DEL CAOS Y EL DESORDEN. 

11)  AFECTO Y APOYO. CAPACIDAD DE RELACIÓN, DE ENCUENTRO. 

12)  PENSAMIENTO CRÍTICO CONSTRUCTIVO. Búsqueda de causas, responsabilidades, separación de tareas y competencias. 

13)  NO CATASTROFISMO Y HUMOR. Es una forma de rebajar las tensiones del momento y sobrellevar los momentos difíciles. 

Todo esto en forma dinámica, con capacidad de cambio y adaptación según los momentos. Hay búsqueda de equilibrio constante entre los factores de riesgo, los aspectos de protección personal y del entorno inmediato, y los factores de personalidad.

La resiliencia se teje, se construye, es como hacer una urdimbre bien entrelazada y reforzada, que se elabora entre la persona y el medio en el que se están produciendo los contratiempos. Hay una interacción entre variables personales, variables sociales, ambientales.

JUAN FERNÁNDEZ

domingo, 7 de agosto de 2022

RESILIENCIA (NO SOLO UNA FORMA DE AFRONTAMIENTO) (PARTE 1)


Los casos de resiliencia que estos días os he estado compartiendo a través del blog de Dones y Talentos, excepto el de Irene Villa, como os dije al principio, han sido extraídos del libro de Pilar Gómez-Acebo y otros autores y autoras, titulado RESILIENCIA, GESTIÓN DEL NAUFRAGIO, editado en LID en 2013. Ya han pasado 9 años desde esa edición, pero el libro sigue teniendo una gran vigencia, y os animo a conseguirlo, a comprarlo, pues ha sido un trabajo bien elaborado de cómo los seres humanos gestionamos las adversidades que nos acontecen en la vida.

Como dice el libro en su introducción, en los últimos años van sucediendo acontecimientos adversos, crisis, que ya no van teniendo un carácter temporal, sino que se van instalando en nuestras vidas de forma más o menos permanente. Toda crisis es transitoria, pero estos acontecimientos que van llamando crisis, no están siendo transitorios.

Los autores del libro se cuestionan: ¿cómo se enfrenta la gente a los eventos difíciles que cambian su vida? ¿Cómo se reacciona a eventos traumáticos, como la muerte de un ser querido o que sustenta una familia, como en los casos de atentados terroristas? ¿Cómo se afronta una pérdida laboral que supone un sustento familiar, unos pagos de hipotecas, etc.? ¿Cómo se afronta una enfermedad difícil? ¿Cómo se afronta una situación como la pérdida de todo, como en el caso de la Isla de La Palma, o como en los últimos incendios forestales que arrasan España?

Son muchas las situaciones y preguntas que nos podemos hacer. Con el tiempo las luces van apareciendo en nuestras vidas y los caminos se van construyendo de nuevo, pero las cicatrices que todos estos acontecimientos dejan son muy duraderos. ¿Qué es lo que permite que unas personas se adapten mejor y más rápidamente a todas estas circunstancias? Como dice Boris Cyrulnik, el padre de la Resiliencia, las experiencias tempranas forjan en nosotros un carácter determinado.

El carácter es la parte más moldeable de nuestra personalidad, no así el temperamento que es más permanente en nosotros.

La personalidad resiliente se ha definido como una forma de ser, estar y relacionarse tremendamente útil, y de forma especial cuando las amenazas externas superan a nuestros mecanismos fisiológicos de adaptación. Una persona resiliente es aquella en la que se convierte en un buen camaleón mimetizándose de forma más rápida a los cambios externos. El término “resiliencia”, en su sentido psicológico,  ha sido introducido en el diccionario de la RAE en el año 2010. Resiliencia proviene del verbo latino “resilio”, “resilire”, que significa SALTAR HACIA ATRÁS O REBOTAR. Es la capacidad de afrontar la adversidad y lograr un mayor equilibrio emocional frente a esas situaciones de estrés. Supone una mayor capacidad de adaptación al cambio, a los retos, y para sobrellevar determinadas emociones desagradables.

Por lo tanto la resiliencia, tanto en psicología como en sociología, significa esa capacidad humana y de algunos grupos humanos para asumir con flexibilidad situaciones límite y sobreponerse a ellas, generando mayores recursos de afrontamiento.

El ser humano, de forma genérica es un ser resiliente. Ha sido el ser evolutivo con más capacidad de adaptarse a todos los cambios que se han producido en su existencia. Su cerebro nuevo, el neocórtex, se ha generado gracias a su capacidad de afrontamiento ante los problemas y las adversidades, de tal forma que SER HUMANO y ADVERSIDAD (PROBLEMA O DIFICULTAD) son inseparables. Estamos aquí, evolucionados, gracias a los problemas.

La resiliencia no es una característica, por lo tanto, que la gente tiene o no tiene, incluye actos, conductas, pensamientos, reacciones emocionales, intuiciones, que pueden ser aprendidas y desarrolladas por cualquier persona.

Ha sido la Psicología Positiva la que ha situado a la resiliencia en uno de sus pilares de atención principales, porque explican el por qué una persona, en lugar de desajustarse ante unos acontecimientos duros, adversos, traumáticos, se adapta y sale fortalecida. Por lo tanto vamos a fijarnos en la resiliencia como aquello que nos ayuda a poseer SALUD MENTAL. Yo, comento en mis charlas de espiritualidad, que todos somos resilientes, pero tenemos que descubrir el Cristo en nosotros (nuestras fortalezas internas).

JUAN FERNÁNDEZ

sábado, 6 de agosto de 2022

UN EJEMPLO DE RESILIENCIA (CASO 4) (PARTE 3) EL PADRE ÁNGEL

 


¿Qué piensas sobre los niños que tienen de todo?

Hay que hacerles valorar lo que tienen, y para eso están muchas veces los campamentos y las actividades deportivas. Nosotros tenemos un comedor aquí para niños de 4 a 11 años que se van a la cama sin merendar y sin cenar, porque en sus casas no tienen para darles merienda ni cena. Lo que ahora estamos pidiendo es que vengan otros niños, más o menos ricos, a servirles para que sepan que hay otros niños, como ellos, que a veces se van a la cama sin cenar porque no tienen un vaso de leche o un plato caliente. Yo creo que a los niños hay que saber hacerles compartir, y yo creo que ¡gracias a Dios! los niños de hoy se integran más y comparten más que nosotros, los mayores. Por ejemplo, en los colegios conviven a veces hasta de cinco o seis nacionalidades, de comunidades distintas, y se entienden. Cada vez hay menos rechazados, hay menos conflicto en los colegios.

¿Crees que la sociedad actual es solidaria?

Nunca en la historia de la humanidad ha habido tanta solidaridad como la que hay ahora. Nunca en la historia habíamos conocido a una reina que llorase ante una catástrofe o una desgracia como la nuestra, que la hemos visto llorar en terremotos. Por ejemplo, nunca hubo 178 jefes de Estado o de Gobierno que se reunieran para intentar erradicar la pobreza, el analfabetismo, como en el año 2000 con motivo de los Objetivos del Milenio. No se ha hecho todo, pero algo se está haciendo. Nunca los políticos se habían preocupado tanto, al menos de palabra, de que haya pensiones y bienestar social, seguridad, medicina gratuita. Y cada vez hay menos guerras como la guerra de Irak. Yo creo que esta generación, la vuestra, no la mía, y la de vuestros hijos, va a ser la primera que va a ver erradicada, por lo menos, la hambruna, es decir, que se muera gente de hambre. La generación que viene detrás de la nuestra no la va a conocer porque se nos caería la cara de vergüenza si, habiendo alimentos para todo el mundo, no hubiese para comer, y eso son avances que vamos viendo.

¿Qué recuerdo guardas de la madre Teresa de Calcuta?

Criticaba mucho. Yo tuve muchos problemas con ella y discutíamos mucho. Si hubiera sido por mí, no la hubieran hecho santa porque tenía un mal genio y una mala uva…. Pero después era una santa. Discutíamos sobre todo por cosas como el sida, que yo decía que sí que había que ponerse los condones, ella decía que no y tal. Después se te ponía de rodillas y te decía: “dame la bendición”, y se me ponía un nudo aquí. “¿Cómo te voy a dar la bendición? Que eres una santa”, porque a pesar de todo era una santa. Pero a ella la criticaron mucho porque decían que no sabía dar la caña para comer, porque lo que hay que hacer es dar la caña. Y ella decía: “mirad, a mí dejadme darles de comer y vosotros, que sois tan listos, haced los proyectos, haced lo de la calle y todo eso… Pero a mí, mientras tanto, dejadme darles de comer, que se mueren de hambre". Es verdad que hay que hacer proyectos, pero hay cosas tan elementales como que hay gente que se muere porque no tiene comida.

¿Y la gente que viene a colaborar con Mensajeros de la Paz?

Su reacción es la de dar las gracias a Dios y a la familia, de valorar y querer devolver a la sociedad algo de lo que hemos recibido. Llámalo como quieras, Dios, la suerte, la familia. La sociedad me dio tantas cosas que, si puedo, devuelvo algo. Lo que pasa es que hay mucha gente que se acuerda tarde, muchas de las veces cuando ya están al find e su vida, pero bueno, otros no se acuerdan ni en ese momento. Hay muchos que dicen: “me dio tanto que quiero devolver algo”. Pero luego se lo dejan todo a los hijos o a los sobrinos o se lo dejan a otros, pero tenemos la obligación de devolver a la sociedad, porque la sociedad nos ha dado mucho. Es decir, el que yo esté aquí se lo debo a la sociedad, el que yo tenga un bolígrafo, que tenga agua, que tenga no sé qué. Pues si puedo devolver a los que no tienen nada algo porque todo lo que tenemos es gratis. Lo hemos trabajado, todo lo que quieras, pero hay otros que han trabajado más que nosotros y no lo tienen. Entonces todo lo que tengo me lo ha dado la sociedad, con trabajo o sin trabajo, otros lo han robado, pero la mayor parte me lo ha dado la sociedad. Pues hay que devolver a la sociedad algo. Por ejemplo, si yo tengo 5 kilos de manzanas, puedo dar dos a los demás. ¿Y cómo se siente esa gente? Feliz. La felicidad está en dar y en darse uno, es decir, como cuando te enamoras de alguien, que es darse, pues entregarse a uno, ¿no? Y la gente tiene necesidad en estos momentos de crisis que están montando comedores. Nosotros tenemos abajo el comedor de los niños y un banco solidario que lo hemos puesto en marcha, cuyo eslogan es: “da lo que puedas y coge lo que necesites”. La gente da mucho más de lo que pide. Tenemos las estanterías llenas de alimentos, de sillas de ruedas, de bolígrafos, de teléfonos, de todo. La gente lo da por si alguien lo necesita. Ese eslogan está en internet con dos casillas: en una, da lo que puedas, y en otra, pide lo que necesites. Da muchas más cosas la gente de lo que pide.

1.    La sonrisa de la Paz.

No hay ni un átomo de amargura en tu discurso. Siempre sonríes alegre y tienes un sentido del humor envidiable. Tu sonrisa se te ilumina un poco más cuando hablas de tu “hijo Josué; de tus comedores, que hacen que muchos niños no se acuesten sin cenar”; o de tu gente, tu buena gente, que te ayuda con su obra día a día…

No hay que ser optimista, hay que ser positivo. Hasta la muerte tiene solución para los que creemos. Lo importante es no caer en el desaliento.

¿Las personas tienen necesidad de cariño?

La soledad mata más gente que las enfermedades, que los accidentes de tráfico; es peor que el cáncer. Yo nunca me he sentido solo. Cuando me operaron de mi cáncer de colon, por ejemplo, sentí muy cerca, como empujándome para salir adelante, a todos aquellos a los que quería y a los que había ayudado. Y me sentí privilegiado por ello… ¿Qué diferente morir solo u olvidado! Yo creo que sale mucho más adelante la gente que ha sufrido, es decir, yo no tengo hijos. Bueno, tengo a ese pequeñín, que vino de El Salvador, al que le han operado cuarenta veces de la cabeza y del cráneo, y si yo pudiera, desde luego a él no le haría yo pasar por lo que me hicieron a mí pasar, que es que pase hambre, que pase frío, que tenga sabañones como yo, que sepa lo que es pasar hambre y que te duela la barriga de haber tenido hambre. Que yo he tenido eso, como dormir no en un colchón Flex de estos, sino dormir en las literas en que dormíamos cuando éramos seminaristas. Yo no se lo haría pasar porque es malo. Pero yo, que lo ha pasado, lo agradezco porque sé valorar las cosas. Ahora sé dormir en un hotel de quince estrellas y dormir en el suelo, es decir, al final es un valor inmenso. Y cuando menciono a estos mocosos con el colchón Flex y el aire acondicionado, y para que no pasen frío llevan unas orejeras para que no les salgan sabañones como a nosotros… pues son unos mequetrefes el día de mañana.

Tienes los pies en la tierra y quieres vivir el presente para el futuro. Trabajar para el presente, pero hay que tener objetivos, hay que soñar. ¿La felicidad está en dar y en darse a sí mismo?

Me siento feliz porque, después de toda una vida dedicada a los demás, es mucho más lo que recibo que lo que he dado o puedo dar. Mi objetivo es mejorar la vida de los demás. Quiero un mundo en el que desaparezca la pobreza, la desigualdad, la injusticia, el dolor; en el que la vida sea más fácil y agradable para todos.

¿Qué opinión tienes del nuevo Papa, Francisco?

Creo que con él van a cambiar muchas cosas, la Iglesia se va a transformar. Es el Papa de los pobres.

El padre Ángel, un rebelde que no se conforma con lo que hay, pero sí con lo que tiene.

Ver vídeo en el siguiente enlace:

https://youtu.be/gCHKqGyrnkU

 

jueves, 4 de agosto de 2022

UN EJEMPLO DE RESILIENCIA (CASO 4) (PARTE 2) EL PADRE ÁNGEL

 


1.    Creo en Dios y en los hombres.

No ha perdido la fe ni en los hombres ni, por supuesto, en Dios. Él dice que “no hay que tirar la toalla… terremotos, guerras, tsunamis, gente que se muere en tus brazos. Hay que llegar hasta el final. Cuando te desaparece algo, cuando se hunde todo, uno sale siempre de los problemas, resistimos. Todo tiene solución”.

Has afirmado que le agradeces al cardenal Tarancón, además de su apoyo incondicional, la fe en los hombres. ¿Es así?

Yo ya creía en Dios; él me enseñó a creer en los hombres. Incluso en los políticos.

Has sido buen amigo de Adolfo Suárez, al que sigues visitando, queriendo y rezando por él; de Felipe González -con su gobierno se relanzó la fundación-, de José María Aznar y Ana Botella; José Luis Rodríguez Zapatero, José Bono y tantos otros. A todos les has implicado en tu proyecto y pocos pudieron decirte que no…

Uno tiene que creer en Dios y creer en los hombres. Y cuando digo creer en los hombres es creer en los políticos y creer en los obispos. Creer en Dios a veces es más difícil todavía, pero creer en los hombres es muy fácil, es decir, ¿por qué no voy a creer en ti, que has venido a aquí a hacerme una entrevista y no has venido a hacerme una encerrona, a denunciarme o a ver si esto es de oro? Y cuando digo creer en los políticos es porque yo tengo que creer en ellos. Y cuando deje de creer en ellos se hunde el mundo. Es decir, en estos momentos en que la gente no cree en los políticos, están hundiendo el país. Personalmente yo creo en los políticos y creo además que son los únicos que pueden hacer un mundo mejor; no lo pueden hacer ni la Iglesia, ni las Ongs, ni nada. Nosotros podemos ayudar, pero quien hace, quien sube las pensiones, hace trabajo y tal, son los políticos. Y hay que creer en los obispos. A veces es más difícil creer en los obispos, pero yo sigo creyendo porque fueron curas y luego pasaron a obispos. Pero sí, hay que creer en la gente. Si no, tendrías que estar aquí mirando a ver si me quitas el bolso. Por ejemplo, tu vas en el metro, a veces vas con dudas, pero, generalmente, uno va tranquilo, vas por la calle y sigues creyendo en la gente. Cuando tienes eso, yo creo que tienes felicidad. Ahora que si uno no creyera y pensara que estoy rodeado de ladrones, de hijos de puta, bueno, yo no sé. Hay gente que se cree que está rodeada de gente mala, ingenuos y tontos que creen que están rodeados de traidores, claro. Si yo creyera que mi gente es traidora, sería un no vivir.

Cada vez hay más superación por parte de la gente. ¿Cada vez es más buena?

Sí, ahí tienes pequeños ejemplos de lo que es el padre de familia que está ayudando a sacar a los hijos y a la familia adelante. Y las mujeres lo mismo, es decir, empiezo a ver mujeres, que uno no valora, que llegan hasta a prostituirse para poder sacar su familia adelante. Si eso no es solidaridad, que venga Dios y lo vea. Tienen una fuerza, una moral y una energía… Son las heroínas de nuestro país. Todo lo que tenemos es gratis: da lo que puedas y coge lo que necesites. Hay que devolver a la sociedad todo lo que nos ha dado y dar muchas gracias a Dios.

¿Y qué pasa con los niños abandonados? ¿hay más de los que van a ser buenos o de los que se van para el lado malo? Es decir, ¿qué pasa con el niño que lo ha pasado mal y al que se le ha ayudado?

La experiencia es que muchos de los que están en la cárcel, muchos de los delincuentes han sido hijos de papá. Es decir, lo que se ha mamado en la familia, esos genes a veces se llevan. Eso es una estadística que está ahí, que no nos lo hemos inventado. Pero la otra estadística indica que hay un montón de gente que se reconduce. Yo creo que cada vez tenemos más superación de la gente, es decir, cada vez la gente es más buena. El mundo cada vez es mejor.

2.    Vivimos en un mundo mejor.

 Pues sí, pese a sufrir la dureza de la vida y a conocer de primera mano las situaciones más injustas, dice, sonriendo, que vivimos en un mundo mejor. No está de acuerdo en que el tener un niño discapacitado sea una bendición de Dios, o tener un accidente y que no se mueva nada. Los momentos duros son para reflexionar sobre las cosas buenas que se tienen.

miércoles, 3 de agosto de 2022

UN EJEMPLO DE RESILIENCIA (CASO 4) (PARTE 1) EL PADRE ÁNGEL


EL PADRE ÁNGEL: LA SONRISA DE LA PAZ

Ángel García, más conocido como el Padre Ángel, es el fundador de Mensajeros de la Paz y un rebelde que no se conforma con lo que hay, pero sí con lo que tiene. Ante todo, sus niños. Él cree que ¡ahora el mundo es mejor!

1.    Un rebelde Mieres que no necesita apellido

El padre Ángel nació en Mieres, pero es ciudadano del mundo y no necesita sus apellidos: es el Padre Ángel. Quería ser como el cura de su pueblo, don Dimas, que ayudaba a la gente con medios materiales, pero, sobre todo, con cariño. Y es rebelde, no se conforma con la guerra ni con la violencia ni con el hambre ni con la injusticia. No puede soportar ver sufrir a la gente y cuando no puede hacer nada más, reza, dice, para sentirse cerca de los que sufren: “que nos duela el alma con su sufrimiento”.

No cree en los tópicos, ni en la crisis de valores –“hay crisis de valores entendiendo la crisis como cambio, no como desaparición”- ni en la crisis de la familia: “¿cuándo ha sido tan importante la familia como ahora?”. Para él han sido un referente sus padres, -“a los que nunca olvido y que tanto me ayudaron”-, San Juan Bosco y su Santina, La Virgen de Covadonga, a la que siempre tiene presente. Si algún paisaje es bonito, dice, lo es “si se parece a Asturias”. Y es del Oviedo y del Real Madrid.

Le importa la gente y mucho más “la soledad de la gente”, la gente pobre y la gente sola, la que sufre en soledad. Por eso le preocupan los niños abandonados, los ancianos, los enfermos, los discapacitados, los toxicómanos. Pide compromiso social y que tomemos todos una postura activa ante la desigualdad, “contra la injusticia el primer paso es compartir el dolor de los demás, pero luego hay que actuar”.

Dedicado al mundo de la marginación, fundó junto con Ángel Silva en 1962 la asociación Cruz de los Ángeles –“los dos éramos curas y nos llamábamos Ángel”- sin importarle el nombre ni los estatutos; solo querían poder dedicarse a los niños necesitados, proporcionarles a los que vivían en la calle un hogar normal. Su primer socio fue el cardenal Vicente Enrique y Tarancón. La asociación nació como sociedad civil para no tener ataduras eclesiales. Trabaja como laico siendo cura, un cura de Oviedo. Más tarde su fundación pasó a llamarse Mensajeros de la Paz y se extendió por toda España e internacionalmente. El nombre lo tomó de un disco en el que unos cantantes, que no tuvieron excesivo éxito, ayudaron a su causa y compusieron, entre otras, una canción que se llamaba así.

La otra parte de Mensajeros es la Asociación Edad Dorada, que funda residencias de ancianos y centros de día y se propone que los mayores no estén solos. A él lo que le molesta de este sistema es que deja de lado la sabiduría de los ancianos y, sobre todo, su abandono y que pueda faltarles amor cuando están al final de su vida. Poca gente sabe que el día de los abuelos, que coincide con la festividad de San Joaquín y Santa Ana, el 26 de julio, es una jornada instituida por Mensajeros de la Paz y reconocida por la Santa Sede. Su presidenta de Honor fue Doña María de las Mercedes, madre del rey (Juan Carlos I), y su teléfono Dorado lo inauguró el rey (Juan Carlos I) para que a ningún mayor le faltase una llamada de consuelo.

2.    Dejad que los niños se acerquen a mí: el primer beso

¿Fue en el hospicio de Oviedo donde empezó tu obra a favor de los niños abandonados?

Era un hospicio con más de 1000 niños, con el mandiló azul, todos pelaos al cero. No tenían casi ni nombre y tenían una cara de tristeza… Me nombraron capellán de ese hospicio con 24 años. Entonces me juré y me prometí que aquello había que cambiarlo, que esos internados de hospicio había que cambiarlos y empezamos a hacer hogares o casas de siete u ocho niños para que, en vez de que vivieran quinientos niños juntos, hubiera ocho en cada casa. Y así empezamos la obra de mensajeros de la Paz. Todo el mundo necesita amor, pero a mí me da más pena quien no tiene nada, que los que tienen algo y especialmente los pequeños y los mayores.

Ha pasado por todo, ha visto de cerca la guerra, el hambre, la malaria, el sida, la injusticia social en todas sus versiones, pero lo que más le ha marcado ha sido un beso, un beso de un niño falto de ternura y de cariño.

Se indigna hablando de la guerra; no olvida la muerte de un niño de malaria a su lado; fue el primero en llegar a El Salvador y en su cabeza y en sus oraciones tiene presente el horror y el desastre vivido tras el terremoto.

Además, has tenido un cáncer. ¿Cómo viviste esa experiencia?

Cuando te lo detectan, lo primero que temes es que se te puede ir la vida y lo aceptas, pero cuando sales adelante, das gracias a Dios y amanece. Piensas que somos tontos por no valorar lo que tenemos y que la vida hay que abrazarla. Cuando lo superas, sales con más fuerza.

Pero, sin embargo, uno de los mayores impactos fue el que te provocó Tinín, un niño de 7 años, al que besaste…

¡Nunca nadie le había besado! ¿No es sangrante?

En su ayuda a los niños no hay fronteras y por ellos ha pasado de ser aquel padre Ángel que consiguió que hermanos y hermanas vivieran juntos en sus hogares de Oviedo, a la apuesta por la cooperación internacional en toda su extensión.

Dos tercios del presupuesto anual se dedican a la cooperación internacional. ¿No es así?

Sí, los niños se merecen lo mejor en el presente porque son nuestro futuro.

martes, 2 de agosto de 2022

UN CASO DE RESILIENCIA (CASO 3) (PARTE2) - IRENE VILLA

 


¿Por qué es tan importante la autodisciplina en la vida?

Porque es una actitud proactiva capaz de forjar un espíritu fuerte y resiliente, algo necesario para volver a la vida tras un acontecimiento dramático de que, por cierto, nadie está exento ya que dicen las estadísticas que vamos a vivir de media 2 o 3 golpes en la vida. Lo principal es seguir fomentando la autoconfianza y la autodisciplina, dos pilares que menciono siempre en mis conferencias porque son esenciales ante cualquier reto.

Eres una apasionada de la inteligencia emocional, clave en tu historia de superación. ¿Cómo la integras en tu rutina?

Tengo varias máximas que potencian la inteligencia emocional. La primera es no juzgar, sino bendecir. Por otro lado, deja de preocuparte y rumiar porque lo mejor está por venir. Confía. Y, finalmente, para atrás, ni para coger impulso. Pero si miras al pasado, perdona y agradece.

La salud mental es tan importante como la física. ¿Por qué crees que aún está tan estigmatizada?

Creo que se habla cada vez más de la salud mental y eso es un gran paso adelante porque ahí radica todo. Para mí es la base de la autoestima. Pero es tan frágil que cuidarla y protegerla es una carrera de fondo.

Todo nuevo crecimiento o renacer viene de la mano de un gran desafío. Lo que tenemos que normalizar es la importancia de pedir ayuda. Cualquier momento de inseguridad, miedo, desequilibrio, es perfecto para acudir a un psicólogo. Será la mejor inversión.

¿Cómo fortaleces a tus tres hijos? ¿Qué valores quieres que defiendan en su día a día?

Generosidad, humildad y alegría. Para ello insistimos en compartir, empatizar con los demás, ser amables, educados y entusiasmarse con la vida y las personas, para vivir en alegría. Según me dicen, lo estamos consiguiendo. ¡Imagínate la felicidad que ellos supone!

¿Qué es lo que más te asusta de la maternidad?

Lo que más me asusta es pensar que ¡casi me la pierdo! Estuve equivocada al renunciar a la maternidad. Me sentí engañada por una sociedad, más exigente con nosotras, que coloca la felicidad falsamente en el consumo y traicionada por el mensaje: tener hijos hoy es una locura. Porque ciertamente, ¡bendita locura!

¿Cuál es tu mejor plan con tus hijos?

¡Tengo muchos! Nos encanta viajar, la playa, ir a un parque de atracciones o de columpios, los dos mayores por fin esquían (¡cómo su madre!), pero la peli en inglés (para que no les cueste tanto como a mí) en mi cama de 2x2 mts, los 4 juntitos, creo que gana a las demás por la vida vertiginosa que vivimos.

Ya cuentas con siete libros publicados ¿Qué te gustaría que sintieran tus hijos al leerlos?

Creo que están interiorizando los valores que promuevo, pero el día que los lean me moriré de amor. Les encanta ver las fotos de “Saber que se puede” porque salen ellos de bebés y en el bautizo del tercero, y las de “Los ochomiles de vida” y dicen: ¡mamá es que nunca te rindes!

¿Dónde te ves en 20 años?

¡Ojalá, abuela! Veo a mi madre con 70 años siendo una feliz abuela de siete niños, hablando siempre de las bondades de malcriar y disfrutar con ellos, que la envidio profundamente. ¡La educación y la crianza es, sin duda, el mayor reto al que me haya enfrentado! Pero también el que tiene las mejores recompensas, aunque el esfuerzo, la autodisciplina y el sacrificio no cesa. Cuando sea abuela ¡tocará malcriar!

IRENE VILLA: FUNDACIÓN LO QUE DE VERDAD IMPORTA: https://www.loquedeverdadimporta.org/ponente/irene-villa/

Vídeo de Irene Villa: https://www.bbva.com.ar/economia-para-tu-dia-a-dia/aprendemos-juntos/irene-villa.html

UN CASO DE RESILIENCIA (CASO 3) (PARTE 1)



IRENE VILLA

Periodista y psicóloga

“Es importante abrazar el dolor y entender qué lección nos aporta”.

La historia de Irene Villa está llena de adversidades. Con 12 años perdió las dos piernas en un atentado terrorista. Hoy es psicóloga y periodista, escritora y en sus conferencias asegura que le apasiona el ser humano y su capacidad de resiliencia y generosidad. Su maternidad le ha dado fuerza y es el motor que mueve su actitud positiva.

Aventurera, independiente, autónoma… ¿Cómo es Irene Villa?

Creo que los adjetivos que más me definen son espontánea, divertida, concienzuda, conciliadora, disfrutona… De hecho, amo tanto mi libertad e independencia que siempre me enorgullece que me digan: ¡qué autónomos son tus 3 hijos! (desde que eran bien pequeños) y me encanta porque todo depende de uno mismo, aunque habrá momentos en que pidamos ayuda.

Aseguras que la vida no se debe maquillar. ¿Cómo nos podemos enfrentar entonces a los momentos más duros?

Mirando de frente al dolor. Aceptarlo para poder abrazarlo y entender qué lección nos trae para crecer. Dejar de poner paños calientes, mirar a los ojos hasta a la muerte, sin miedo, sin juicios morales, sin negar la realidad, sin ego, creo que es un paso fundamental.

Abrir la mente conlleva algo que quizá no convenga: te sientes agradecida, invencible y, lo mejor, ya no hay vuelta atrás.

En tu primer libro, ya explicabas cómo era Irene Villa antes del atentado, durante y después, y como una experiencia terrible puede llegar a empoderarte. ¿Crees que serías la misma sin haber sufrido ese ataque en 1991?

Estoy segura de que las cualidades mencionadas seguirían muy presentes, esa esencia es imborrable, pero seguro que no habría tenido las experiencias que he podido vivir ni conocería tanta gente como la que conocí.

¿Cómo consigues no sentirte una víctima?

Sabiendo que en nuestra mano está nuestro destino. Pase lo que pase. La clave es salir de ese infructífero rol de víctima. No somos víctimas ni culpables, sino responsables. Y como personas corresponsables de nuestra vida, tenemos el compromiso de elevar nuestra energía para empezar a recuperarnos y a atraer lo que deseamos ardientemente y emprendemos con entusiasmo para que, inevitablemente, suceda. Creo firmemente, y lo he comprobado, que lo que crees lo creas.

En tus conferencias aseguras que no hay que mirar al pasado, pero que si se hace debe ser perdonando y agradeciendo. ¿Qué has tenido que perdonar tú?

Como todos, muchas cosas, empezando por mí misma y esos momentos en los que no exprimí la vida, o dejé de tomar partido por algo o dejé de escuchar a mi niña interior, hasta a los terroristas que casi me dejan sin madre.

¿Y de qué estás más agradecida en esta vida?

De la filosofía de vida que mi madre nos inculcó y que espero que mis hijos interioricen: el perdón es lo más sano y liberador. Es absurdo quedarte con el dolor de quienes hacen daño.

El deporte formaba parte de tu vida de niña y lo sigue siendo ahora. ¿Qué te aporta?

Siempre me encantó el deporte, sacar lo mejor de cada uno, potenciar las emociones positivas (agradables), ayudar a la gente a controlar los pensamientos negativos y a alimentar la autoestima. Allí donde el cuerpo no llega es la mente la que tiene esa capacidad. Me encanta explorar la potencialidad del ser humano.

Has practicado buceo, esquí, esgrima… ¿con qué disciplina disfrutas más?

Sin duda ¡esquiando! Es una auténtica pasión y, casualidad o causalidad, lo que me hacía temblar de miedo como las fuertes pendientes, ahora se han convertido en mi máxima felicidad y fuente de adrenalina y libertad.

En esquí alpino adaptado no existía categoría femenina, así que ¡allá que fuimos 8 intrépidas a poner remedio! Integrar el primer equipo del mundo de competición de esquí alpino adaptado ha sido un gran reto convertido en pasión. Entrar en el mundo de la competición fue una experiencia dura, llena de dificultades, incluso sinsabores, pero que me ha enseñado que la disciplina, el compañerismo y el no dejarse abatir, son elementos clave en el deporte y en la vida.

lunes, 1 de agosto de 2022

UN MODELO DE RESILIENCIA (CASO 2) (PARTE 2)

 


ANNA FERRER: EL SENTIDO DE LO POSITIVO (Parte 2)

¿La experiencia te ha servido para ayudar o enseñar a otras personas a superar dificultades?

Nosotros no les enseñamos, pero la gente aprende al estar contigo. Aprenden a creer y a luchar por aquello en lo que creen y ven los resultados de hacerlo. Lo aprenden al estar contigo, al verlo; no es algo que les enseñas a través de un libro o en una clase. Estando todos juntos, como un gran equipo, y siendo parte de esa lucha para superar los problemas, ellos mismos ponen ese positivismo, esa fuerza. Espíritu positivo por encima de todo.

Vicente Ferrer llegó a Mumbai en 1952 como misionero jesuita para completar su formación espiritual. Su vocación fue trabajar para erradicar el sufrimiento de las personas más pobres de ese país. Quería ayudar a los más pobres de entre los pobres.

¿Ha cambiado tu actitud y tu manera de juzgar a otras personas?

No. En mi trabajo el objetivo ha sido siempre el mismo: ayudar al mayor número de personas a salir de la pobreza. Con problemas o sin ellos. Era una marcada característica de Vicente Ferrer: él era siempre positivo. Y yo veía, de primera mano, las consecuencias de esta actitud, la gran motivación que transmitía a todo aquel que estaba a su alrededor.

Las mujeres de la India son la prioridad de Anna Ferrer. Su último proyecto, “De mujer a mujer”, va dirigido a ellas. El objetivo es conseguir la independencia económica de las mujeres indias. Que ellas se transformen en el motor del cambio de una nueva India, más justa, más equitativa y solidaria, valores que son el eje del legado de Vicente Ferrer.

¿Qué objetivos os planteáis para el futuro?

A pesar de las actuales dificultades de la situación económica en España y en el mundo, tenemos muchos objetivos para el futuro y estamos implementando estos objetivos para llegar a más gente que todavía vive en condiciones de extrema pobreza.

Uno de los proyectos más importantes para mí se centra en el tema de la violencia contra la mujer: reducir la discriminación y violencia contra las mujeres y ofrecer más igualdad y dignidad en sus vidas.

Has hablado en la entrevista de tu capacidad para adaptarte a los cambios, a las nuevas situaciones, incluso a un país diferente. ¿Te parece esta una cualidad fundamental en las personas y en las organizaciones resilientes?

El desarrollo de las personas en sus vidas es un proceso, y como organización tenemos que ser flexibles, siempre adaptándonos al cambio de las necesidades de la gente. No somos una organización política, pero trabajamos en un ambiente político y tenemos que adaptarnos también a las políticas de los distintos gobiernos en el poder, así como tener una buena relación con ellos, una buena colaboración con los gobiernos y con las ONGs que trabajan en nuestro mismo terreno.

Como organización de desarrollo, debemos ser flexibles para adptarnos a las necesidades de la gente.

La flexibilidad y la adaptación al cambio son fundamentales en las personas, pero también en las organizaciones.

Anna Ferrer defiende que todo es posible si crees en lo que haces:

https://youtu.be/PczLSKzZnnU

 

JOAN SÁNCHEZ-FORTÚN - EJERCICIO DE AUTOCRÍTICA



Con excesiva frecuencia, trascurrida una importante etapa de nuestra existencia, cuarenta, cincuenta, sesenta años…, un considerable número de personas continuamos quejándonos de la educación o formación recibida de nuestros padres, de los familiares y de los profesores que en su día tuvimos para, de alguna manera, justificar en el presente nuestras carencias evolutivas; incompetencias para afrontar y solucionar las situaciones comprometidas. Ellos son los responsables de mis «desgracias» por no haber acertado en mi educación, obviando lo más esencial: la edad que tengo en el presente.  

De tal manera intentamos justificar los desaciertos, conductas y/o actitudes desafortunadas que vivimos o practicamos en la actualidad.  De mayores podemos llegar a creer que no recibimos en su día aquellas enseñanzas que pudieron marcar un camino favorable en nuestra formación, según nuestro punto de vista –¿más desacertado que cierto? -. Esa creencia puede ser fruto del autoengaño -consciente o inconscientemente- en el que necesitamos creer para eludir nuestra responsabilidad, de esta manera justificamos esas conductas poco favorables o fuera de lugar: resulta más cómodo culpar al otro. 

Consumida, ya, una importante etapa de mi vida, tal justificación no tiene su sentido de ser en ningún aspecto. De continuar apoyándome en el hecho de no haber recibido la formación adecuada en los primeros años de vida para justificar mis desaciertos, confirmaría mi inmovilismo evolutivo en el presente, así como en el trascurso de la vida. Pues, es más cómodo culparles a ellos antes que cobrar conciencia de mis actos y comportamientos desacertados, y por no haberme involucrado responsablemente en aquellas tareas y parcelas que deben ser superadas y mejoradas a consecuencia de dicho inmovilismo. 

Lo expuesto nos indicaría que los años trascurridos desde la infancia-adolescencia- hasta el presente, sólo nos han servido para sumar años, para crecer física, pero no evolutivamente para madurar, y conformar una personalidad lo más amplia y sólida posible. 

Retomando esta frase: Obviando lo más esencial, la edad que tenemos en el presente. Dicha frase, sólo esta frase, de por sí, retrasmite el sentido y el contenido de estas líneas. Sin ellas, no tienen sentido de ser. Estas son y deben de ser el punto vital y crucial en nuestras vidas, pues nos servirán para cobrar plena conciencia de la realidad, y el sentido que representan para que en el futuro no continuemos acusando a nuestros mayores de los males que tenemos y vivimos en el presente, los mismos que no hemos querido, sabido o podido reconducir. 

Al analizar​ y cobrar conciencia de esa realidad, improbablemente volveré a quejarme de mis educadores. Pues tendré la posibilidad de convertirme en un ser adulto con todas sus consecuencias, entre ellas, la de crecer y evolucionar como ser humano. En el presente soy el único gestor y responsable de mi vida y de mi existencia a pesar de…  No admitamos excusas carentes de sentido crítico.