domingo, 6 de diciembre de 2020

EL JARDÍN DE ANA ROSA - NAVIDAD “UNA NUEVA REALIDAD“

 


Paso habitualmente por el Parque de Quevedo, y cada vez está distinto. Bonito en otoño, pero muy triste, no hay niños jugando, no hay parejas acarameladas, no hay abuelos dando de comer a los patos.

 

Pero sí hay vida, y mientras haya vida hay esperanza.

                                                                

Nunca me ha gustado tanto un otoño como éste del 2020, quizá sea por ver y apreciar más que nunca la alfombra de hojas, el susurro del aire y el canto de los pájaros, hasta la fuente se puede percibir como una maravilla si cierras los ojos.

 

Cada día es diferente, pero algo no cambia, las mascarillas de las personas que deambulan, los cierres de los parques infantiles y ese gran silencio que nos hace apreciar las cosas más sencillas.

 

Lo que más me impresiona es el ir y venir de ambulancias con sus sirenas, me erizan la piel y a veces contengo las lágrimas.

 

No quiero hacer un paréntesis en mi vida, porque cuando se hace, y más bien si es obligado, se desconecta de la realidad, y nos invade el miedo y nos hace más vulnerables de lo que somos.

 

De camino a casa, me han pasado por la cabeza pensamientos positivos y negativos. Más he pensado en la ilusión en estas fechas que se avecinan.

 

La he comparado con un charco, inicialmente cae agua, mucha agua, agua limpia de lluvia fresca, pero puede que el destino haga que ese charco lo pisoteen, lo destrocen, lo anulen en cierta medida.

 

Y a pesar de todo esto, si el charco no está intoxicado, puede regar una semilla, dar flor y fruto.

 

¿Dónde está la ilusión en esta Navidad? En las luces y adornos de las calles que no me dicen nada, sabiendo que hay personas haciendo cola en los bancos de alimentos que reclaman comida urgentemente.

 

Dónde deposito mi ilusión en transmitir el amor, sin  besos y abrazos o a veces con la mirada muda a mi familia, mis amigos o conocidos.

 

Puedo dejar el sitio vacio en la mesa de los que nos han dejado para siempre, con la esperanza de que nos vean “felices”.

 

He decidido que mi mente va a crear desde mi interior, ahora que estoy aprendiendo, ilusión, esperanza, alegría, entusiasmo…..porque el exterior, lo que percibo no me dice gran cosa.

 

¿Y cómo le explico a mi hija, aunque “mayor de edad”, que éstas van a ser unas Navidades muy distintas para TODOS?

 

ANA ROSA GUTIÉRREZ ÁVAREZ

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