De manera
que si usted se detiene a pensar, verá que, al fin y al cabo, uno no tiene
por qué estar orgulloso de nada. ¿Qué le hace esto a su relación con la
gente? ¿De qué se queja? Un joven vino a quejarse de que su novia lo había
desilusionado, que lo había traicionado. ¿De qué se queja? ¿Esperaba algo
mejor? Espere lo peor. Usted está tratando con gente egoísta. Usted es
el idiota; usted la glorificó, ¿no es así? Usted pensó que ella era una
princesa, que la gente era buena. ¡No, no es! No es buena. Es tan mala como
usted; mala ¿me entiende? Está dormida, lo mismo que usted. ¿Y qué cree
usted que la gente pretende? Satisfacer su propio interés, lo mismo que usted.
No hay ninguna diferencia.
¿Puede
usted imaginarse como es de liberador saber que usted nunca volverá a
desilusionarse, nunca volverá a decepcionarse? Nunca volverá a sentirse
traicionado. Nunca se sentirá rechazado. ¿Quiere despertar? ¿Quiere la
felicidad? ¿Quiere la libertad? Aquí está: Renuncie a sus falsas ideas.
Mire a través de la gente. Si mira a través de usted mismo, mirará a
través de todos los demás. Entonces los amará. Si no es así, estará
todo el tiempo luchando con sus ideas equivocadas que usted tiene acerca de
ellos, con sus ilusiones que constantemente se estrellan contra la
realidad.
Tal vez es
demasiado alarmante para muchos de ustedes entender que se puede esperar de
todos los seres humanos - excepto los pocos que han despertado- sean
egoístas y busquen su propio interés, bien sea en forma ruda o en forma
refinada. Esto los lleva a ver que no hay por qué desilusionarse de
nada, no hay por qué decepcionarse de nada. Si hubieran estado todo el
tiempo en contacto con la realidad, no se habrían decepcionado. Pero decidieron
pintar a la gente de colores brillantes; decidieron no mirar a través de
los seres humanos, porque decidieron no mirar a través de ustedes mismos.
Entonces ahora pagan el precio.
Antes de
discutir esto, les contaré una historia. Una vez alguien preguntó: ¿Cómo es la
iluminación? ¿Cómo es el despertar? "Es como el vagabundo de Londres que
se estaba acomodando para pasar la noche. A duras penas había conseguido un
pedazo de pan para comer. Entonces llegó a un malecón, junto al río Támesis.
Estaba lloviznando, y se envolvió en su viejo abrigo. Ya iba a dormirse cuando
de repente se acercó un Rolls Royce manejado por un conductor. Una hermosa
joven descendió del automóvil y le dijo:
- Mi pobre
hombre, ¿va a pasar la noche en este malecón?
- Sí - le
contestó el vagabundo.
- No lo
permitiré - le dijo ella- Usted se viene conmigo a mi casa y va a pasar la
noche cómodamente y a tomar una buena cena.
La joven
insistió en que subiera al automóvil. Bien, salieron de Londres, y llegaron a
un lugar en donde ella tenía una gran mansión con amplios jardines. Los recibió
el mayordomo, a quien la joven le dijo: "Jaime, cerciórese de que a este
hombre lo lleven a las habitaciones de los sirvientes y lo traten bien". Y
Jaime obró como le dijo. La joven se había desvestido y estaba a punto de
acostarse cuando recordó a su huésped. Entonces se puso algo encima y fue hasta
las habitaciones de los sirvientes. Vio una rendija de luz en la habitación en
la que acomodaron al vagabundo, llamó suavemente a la puerta, la abrió, y
encontró al hombre despierto. Le dijo:
- ¿Qué
sucede, buen hombre, no le dieron una buena cena?
- Nunca
había comido tan bien en mi vida, contestó el vagabundo.
- ¿Está
usted bien caliente?
- Sí, la
cama es hermosa y está tibia.
- Tal vez
usted necesita compañía - le dice ella- córrase un poquito.
Se le
acercó, y él se corrió, y cayó directo al Támesis. ¡Ja! ¡Ésa no la esperaban!
¡Iluminación! ¡Iluminación! ¿Despierten! Cuando estén dispuestos a cambiar
sus ilusiones por la realidad, cuando estén dispuestos a cambiar sus sueños por
hechos, entonces encontrarán todo. Así es como finalmente la vida tiene
sentido. La vida se vuelve hermosa.
Hay una
historia sobre Ramírez. Él es viejo, y vive en su castillo en la colina. Mira
por la ventana (está en cama y paralítico) y ve a su enemigo. A pesar de ser
viejo, su enemigo está subiendo por la colina, apoyado en un bastón, despacio,
con dificultad. Tarda alrededor de dos horas y media en subir la colina.
Ramírez no puede hacer nada porque los sirvientes tienen el día libre. Entonces
su enemigo abre la puerta, entra en la habitación, mete la mano bajo la capa, y
saca una pistola. Dice:
- Ramírez,
¡por fin vamos a ajustar cuentas!
Ramírez
prueba la mejor manera de disuadirlo. Le dice:
- Vamos,
Borgia, usted no puede hacer eso. Usted sabe que ya no soy el hombre que lo
maltrató cuando usted era joven hace años, usted ya no es ese joven, ¡Piénselo!
- Ah, no -
le contesta su enemigo - Sus dulces palabras no me impedirán cumplir con esta
divina misión. Lo que yo quiero es vengarme y usted no puede hacer nada para
impedirlo.
- ¡Sí puedo
hacer algo! - le asegura Ramírez
- ¿Qué? -
le pregunta su enemigo
- Puedo
despertar.
Y, en
efecto, ¡despertó!
Así es la
iluminación. Cuando alguien le dice: "No hay nada que pueda hacer",
usted dice: "Sí yo puedo hacer algo: ¡puedo despertar!". De
repente la vida ya no es una pesadilla. ¡Despierten!
Alguien
vino a preguntarme algo. ¿Qué creen que fue? Me dijo: ¿Usted recibió la
iluminación? ¿Qué creen que le respondí? ¡No importa!
¿Quieren
una respuesta mejor? Mi respuesta sería: "¿Cómo podría yo saberlo? ¿Cómo
podría saberlo usted? ¿Qué importa? ¿Quieren saber una cosa? Si ustedes
desean algo demasiado, están metidos en un gran problema. ¿Quieren
saber otra cosa? Si yo hubiera obtenido la iluminación y ustedes me
escucharan por ello, entonces estarían metidos en un gran problema.
¿Están dispuestos a que alguien que ha obtenido la iluminación les lave el
cerebro? ¡Cualquiera puede lavarles el cerebro! ¿Qué importa que alguien haya o
no haya logrado el despertar? Pero vean: Queremos apoyarnos en alguien que
nosotros creemos que ha llegado a la meta. Nos encanta oír que la gente llegó a
la meta. Eso nos da esperanza ¿No es verdad? ¿Qué es lo que quieren
esperar? ¿No es eso otra forma de deseo?
Ustedes
quieren esperar algo mejor que lo que tienen ahora ¿no es
así? Si no fuera así, no estarían esperando. Pero entonces olvidan que
ustedes lo tienen todo ahora mismo, y no lo saben. ¿Por qué
no concentrarse en el presente, en lugar de esperar algo mejor en el futuro?
¿Por qué no comprender el presente en lugar de olvidarlo y esperar del futuro? ¿No
es el futuro, sencillamente otra trampa?
ANTHONY DE MELLO
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