Durante este confinamiento he
pasado por varias fases, como todos nosotros.
Al inicio me decía a mí misma… ¿Seré capaz de aguantar, en casa yo sola
tantos días de encierro? ¿Qué voy a hacer? ¿Y sí me asalta una gran tristeza
que voy a hacer….? ¿Cómo voy a poder
superar este estado de alarma sin salir, ni ver a mis amigos, sin ir a trabajar
tanto tiempo y no poder ver a mis compañeros? Así mismo, pensé que no quería
dar la chapa a nadie pues cada uno ya tiene sus propios quebraderos de cabeza y,
por añadidura, este confinamiento a nadie le va a dejar indiferente, por lo que
trataría de gestionarlo con mis propias fuerzas…. Pues, como digo, al
principio, decidí que iba a mantenerme activa y no dejar que el desánimo
pudiera conmigo. Fueron pasando los días y extrañada veía que seguía serena e
incluso mejorando la relación que tengo conmigo misma… Recordé aquella frase de
Jiddu Krishnamurti que, en aquel entonces, me hizo reflexionar, que dice: “No
es signo de buena salud el estar bien adaptado a una sociedad profundamente
enferma”.
También reflexioné sobre otra
que se atribuye a Jean Paul Sartre que dice: ”Si te sientes sólo, cuando
estás sólo, es que estás en mala compañía”. Esta frase hizo emerger en mí
la necesidad de observar cómo me llevo conmigo misma, pues es harto vergonzoso
verse, cuando uno está solo, en mala compañía. Algo muy práctico e
interesante en estos momentos, saber cómo me llevo conmigo misma y conseguir
llevarme bien. Esta sociedad, la
sociedad de hoy en día, es una sociedad muy avanzada, porque ha hecho que el
mundo esté completamente interconectado, de modo que en segundos puedas hacer
llegar un mensaje de un lado al otro del orbe, pero cuando se trata de superar
algo como este confinamiento del coronavirus 2020, ¡Ay, Dios! Eso ya es más
serio porque llegada la hora de estar a solas con nosotros mismos, ¡qué vacío! ¡qué soledad más grande! … ¿De qué herramientas
dispongo para poder gestionar esto? Seguro que tengo en mi casa un montón de
cosas que ni utilizo. Pero ¿qué puede ayudarme a gestionar este confinamiento,
en el que no puedo salir de compras, ni reunirme con los amigos….? Pues muy
sencillo… conseguir que cuando estoy sola, esté en la mejor de las compañías
que puedo tener…
He disfrutado de un desayuno
delante de una ventana abierta por la que entraban unos
rayos de sol matinales que me daban su calor acompañados de los trinos de los
pajarillos que andan por mi barrio y he sido consciente de la vida y de la
Naturaleza que vibra a mi alrededor…. Y me he sentido satisfecha… sin
necesitar más. He observado como miles de personas a las que se les ha
parado su vida han sido creativas para acercarse a los vecinos a través de
las ventanas para poder sentir la cercanía de otro ser humano sin más
artilugios que la imaginación.
He meditado y me he escuchado,
he sentido si estoy rabiada, si estoy triste, si me siento cansada, si
estoy alegre, si echo de menos a aquellas personas que veo a menudo y he
tomado conciencia de cuales son mis necesidades para poder satisfacerlas. He agradecido poder comer todos los
días y poder hacer ejercicio en mi casa y sentirme autónoma en estos
días… y me he sentido afortunada porque soy consciente…
Este confinamiento es una
llamada a vivir despacio, conscientes, sin hacer acopio de bienes materiales
para llenar ese vacío existencial que a veces nos invade, porque
no sabemos cómo sentirnos a gusto en nuestra propia compañía. Para ello es
necesario conocernos, estar atentos a cómo nos tratamos a nosotros mismos y cuidarnos.
Estar serenos y en paz … Y este
momento es un tiempo para ello. Si conseguimos sacar este aprendizaje, esta
crisis habrá servido de mucho.
FÁTIMA DE LA MANO
Bonito y bello mensaje el que nos ofrece Fátima para reflexionar en diversos sentidos.
ResponderEliminarLas crisis tienen sentido cuando nos hacen recapacitar; para valorar lo que tenemos, acercarnos al prójimo con más sentido de cercanía y de humanidad y para abrir nuestro mundo al mundo externo.
¿Pero, necesita el ser humano entrar en crisis para cobrar conciencia de su realidad, para ser mejores personas y despertar de su letargo existencial? Si esto es así, ¡cuánto camino nos queda por recorrer!
”Si te sientes sólo, cuando estás sólo, es que estás en mala compañía”. Esta sabia frase nos hace pensar que si estoy en mala compañía he de empezar por cambiar de compañía hoy: dejar de ser la persona que era en el pasado, por la que puedo llegar a ser en el presente. Entonces, tu soledad te acompañará y tu silencio te hablará.
Fátima, gracias por tu mensaje.
Un abrazo,
Joan