¿Usted
quiere cambiar el mundo? ¿Qué tal empezar por usted mismo? ¿Qué tal
transformarse usted primero? Pero ¿Cómo se logra eso? Por
medio de la observación. Por medio de la comprensión. Sin interferencia o
juicio de usted. Porque usted no puede comprender lo que juzga.
Cuando dice
de alguien: "Es comunista", se interrumpe en ese momento la
comprensión. Usted le puso a esa persona un rótulo. "Ella es
capitalista". En ese momento se detiene la comprensión. Le puso un
rótulo, y si ese rótulo lleva ecos de aprobación o desaprobación, ¡tanto
peor! ¿Cómo va a comprender lo que aprueba, o lo que desaprueba? Todo esto
que digo suena como a un mundo nuevo, ¿no es así? Ningún juicio, ningún
comentario, ninguna actitud: simplemente observar, estudiar, mirar, sin el deseo
de cambiar lo que es. Porque si usted desea cambiar lo que es por lo que
cree que debe ser, deja de comprender. Un entrenador de perros trata de
comprender a un perro de manera que pueda entrenarlo para realizar ciertos
trucos. Un científico observa el comportamiento de las hormigas sin ningún
otro fin distinto de estudiar las hormigas, de aprender lo más posible sobre
ellas. No tiene ningún otro propósito.
No intenta
entrenarlas o conseguir algo de ellas. Le interesan las hormigas, quiere
aprender todo lo que sea posible sobre ellas. Ésa es su actitud. El
día que ustedes logren una actitud como esa, experimentarán un milagro.
Cambiarán, sin esfuerzo, correctamente. El cambio ocurrirá, no tendrán
que lograrlo. Cuando la vida de la consciencia llegue a la oscuridad de
ustedes, desaparecerá todo lo malo. Lo bueno se cultivará. Tienen que
experimentar eso ustedes mismos.
Pero para
esto se requiere una mente disciplinada. Y cuando digo disciplinada, no
me refiero al esfuerzo. Estoy hablando de otra cosa. ¿Alguna vez han
estudiado a un atleta? Toda su vida son los deportes, pero qué vida tan
disciplinada la que lleva. Y miren un río que se dirige al mar: él crea el
cauce que lo contiene. Cuando dentro de uno hay algo que lo mueve en la
dirección correcta, crea su propia disciplina. En el momento en que le llega la
consciencia. ¡Ah, es maravilloso! Es lo más maravilloso del mundo; lo más
importante; lo más maravilloso. No hay nada más importante en el mundo que
despertar ¡Nada! Y, por supuesto, a su manera también es una disciplina.
No hay nada
más maravilloso que ser consciente. ¿Preferiría usted vivir en la
oscuridad? ¿Preferiría actuar y no ser consciente de sus acciones, hablar y no
ser consciente de sus palabras? ¿Preferiría oír a la gente y no ser consciente
de lo que está oyendo o ver las cosas y no ser consciente de lo que está
viendo? El gran Sócrates dijo: “La vida sin consciencia no merece ser
vivida”. Ésa es una verdad evidente. La mayoría de la gente no vive
una vida consciente. Vive una vida mecánica, pensamientos mecánicos - por
lo general ajenos -, emociones mecánicas. ¿Quiere ver cuán mecánico es usted
realmente? “¡Qué linda camisa tienes!”. Usted se siente bien oyendo eso. ¡Por
una camisa, santo cielo! Usted se siente orgulloso cuando oye eso. La gente
viene a mi centro en la India y dice: “¡Qué lugar tan encantador, qué árboles
tan encantadores!” (de los cuales no tengo ninguna responsabilidad), ¡qué clima
tan encantador!". Y ya empiezo a sentirme bien, hasta que me sorprendo
sintiéndome bien, y digo: "¿Puede usted imaginarse algo más estúpido que
eso?" Yo no soy responsable de esos árboles; no fui responsable de la
elección del lugar. No ordené el clima, sencillamente sucedió. Pero el
"mi" se metió allí, de modo me siento bien. Me siento bien sobre
"mi" cultura y "mi" nación ¿Cuán estúpido puede ser uno?
Lo digo en serio. Me dicen que por mi gran cultura hindú he producido todos
estos místicos. Yo no los produje. Yo no soy responsable de ello. O me dicen:
"Ese país suyo y su pobreza - ¡es horrible!". Me avergüenzo. Pero yo
no la creé. ¿Qué está pasando? ¿Se detuvo usted alguna vez a pensar? La gente
le dice a uno: "Usted es encantador", y uno se siente maravilloso.
Obtiene una caricia positiva (de ahí que a eso lo llamen "yo estoy bien,
tú estás bien"). Algún día voy a escribir un libro y el título será Yo
soy un estúpido, tú eres un estúpido. eso es lo más liberador, lo más
maravilloso del mundo, cuando usted admite públicamente que es un estúpido.
Es maravilloso. Cuando la gente me dice: "Usted se equivoca", yo
digo: ¿Qué más se puede esperar de un estúpido?
Desarmados,
todos debemos estar desarmados. En la liberación final, yo soy un estúpido.
Por lo general, ocurre cuando yo oprimo un botón y usted se siente bien; oprimo
otro botón y usted se siente mal. Y a usted le gusta. ¿Cuántas personas
conoce usted que no se dejan afectar por la alabanza o la crítica? Decimos que
eso no es humano. Humano significa que usted es un poquito como un mico, de
modo que todos pueden influir en usted, y usted hace lo que debe hacer. Pero
¿eso es humano? Si les parezco encantador a ustedes, eso quiere decir
que en este momento están de buen humor, nada más. También significa que cumplo
sus expectativas.
Todos
tenemos una lista de expectativas, y es como si usted tuviera que estar de
acuerdo con esa lista: alto, trigueño, bien parecido, acorde a MIS gustos.
"Me gusta el timbre de su voz". Usted dice: "Estoy
enamorado". No, usted no está enamorado, no sea estúpido. Cuando
está enamorado (vacilo en decirlo) usted es particularmente estúpido. Siéntese
y observe lo que le está pasando. Está huyendo de sí mismo.
Quiere escapar. Alguien dijo cierta vez: "Gracias a Dios por la realidad y
los medios para escapar de ella". De modo que eso es lo que pasa. Somos
muy mecánicos, muy controlados. Escribimos libros sobre el control y lo
maravilloso que es ser controlados y sobre lo necesario que es que la gente nos
diga que estamos bien. Entonces nos sentimos bien con nosotros mismos. ¡Qué
maravilloso es estar en la cárcel! O como alguien me dijo ayer, estar en su
jaula.
¿A usted le
gusta estar preso? ¿Le gusta que lo controlen? Le diré algo: Si usted se
permite sentirse bien cuando la gente le dice que está bien, se está preparando
para sentirse mal cuando le digan que no está bien. Mientras viva para
cumplir las expectativas de otras personas, es mejor que ponga atención a la
ropa que usa, a la manera de peinarse, a si sus zapatos están brillantes; en
resumen, que se fije a ver si cumple todas las malditas expectativas de
los demás, ¿Usted cree que eso es humano?
¡Esto es lo
que descubrirá cuando se observe a sí mismo! ¡Se horrorizará! La verdad es que usted
no está ni bien ni mal. ¡Usted puede estar dentro del actual ambiente o
tendencia de moda! ¿Significa eso que está bien? ¿Estar bien depende de eso? ¿Depende
de lo que la gente piensa de usted? Según esos criterios, Jesucristo
tiene que haber estado muy mal. Usted no está bien ni está mal. Usted es
usted. Espero que ése sea el gran descubrimiento, al menos para algunos
de ustedes. Si tres o cuatro de ustedes descubren esto durante estos días en
que estamos juntos ¡Qué cosa tan maravillosa! ¡Extraordinario! Eliminen
todo ese cuento de estar bien o no estar bien; eliminen todos los juicios, y,
sencillamente, observen, miren. Harán grandes descubrimientos.
Esos descubrimientos producirán cambios. No tendrá que hacer el menor
esfuerzo, créanme.
Esto me
recuerda a un hombre en Londres, después de la guerra. Viaja en un autobús,
sentado; tiene encima de las piernas un paquete envuelto en papel de color marrón;
es un objeto grande y pesado. El conductor se le acerca y le dice:
- ¿Qué es
lo que tiene ahí en las piernas?
- Es una
bomba que no explotó - le contesta el hombre-
La
encontramos en el jardín y la llevo a la estación de policía.
El
conductor dice:
- Usted no
debiera llevar eso en las piernas. Póngala debajo del asiento.
La
psicología y la espiritualidad (como generalmente la entendemos) quitan la
bomba de las piernas y la ponen debajo del asiento. No
solucionan realmente sus problemas. ¿Alguna vez ha pensado en eso? Usted
tenía un gran problema y ahora lo cambia por otro. Siempre será así hasta
que solucionemos ese problema llamado "Usted".
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