Regrese a
usted mismo como a su hogar. Obsérvese. Por eso dije antes, que la
autoobservación es algo sumamente agradable y extraordinario. Después de un
tiempo, usted no tendrá que hacer ningún
esfuerzo, porque, a medida que las ilusiones empiecen a derrumbarse,
usted empezará a conocer cosas que no pueden describirse. Eso se llama
felicidad. Todo cambia, y usted se vuelve adicto a la consciencia.
Hay una
historia sobre el discípulo que fue a donde el maestro y le dijo: "¿Podría
darme una palabra de sabiduría?". "¿Podría darme algo que me guiara a
través de mis días?". Era el día de silencio del maestro, de manera que
tomó un bloc. Escribió: "Consciencia". Cuando el discípulo lo vio,
dijo: "Es demasiado breve. ¿Puede ampliarlo un poco?". Entonces el
maestro tomó el bloc y escribió: "Consciencia, consciencia,
consciencia". el discípulo dijo: "Sí, pero ¿qué significa?". El
maestro volvió a tomar el bloc y escribió: "Consciencia, consciencia,
consciencia significa: consciencia".
Eso es lo
que significa autoobservarse. Nadie puede mostrarle a usted
cómo hacerlo, porque estaría dándole una técnica, estaría programándolo. Pero obsérvese
a usted mismo. Cuando habla con alguien, ¿está consciente de ello o
sencillamente se identifica con ello? Cuando se disgustó con alguien
¿estaba consciente de que estaba furioso, o sencillamente se identificó con su
cólera? Más tarde, cuando tuvo tiempo, ¿estudió su experiencia y
trató de comprenderla? ¿De dónde procedía? ¿Qué la causó? No conozco
ninguna otra vía hacia la consciencia. Usted sólo hace cambiar lo que
comprende. Usted reprime lo que no comprende y aquello de lo cual no es
consciente. Usted no cambia, pero cuando usted lo comprende, eso cambia.
A veces me
preguntan: "¿Es este tránsito hacia la consciencia algo gradual, o es algo
súbito?". Algunas personas afortunadas lo logran en un instante.
Sencillamente, toman consciencia. Otras van avanzando lentamente, gradualmente,
progresivamente. Empiezan a ver las cosas. Las ilusiones se acaban, las
fantasías desaparecen, y empiezan a ponerse en contacto con los hechos. No hay
una regla general. Hay una famosa historia de un león que encontró un rebaño de
ovejas, y, con asombro, descubrió un león entre las ovejas. Era un león que
había crecido entre las ovejas desde que era cachorro. Balaba como oveja y
corría como una oveja. El león se le acercó, y cuando la oveja-león estuvo
frente al león real, empezó a temblar. El león dijo:
- ¿Qué
estás haciendo entre estas ovejas?
La oveja-león
le contestó:
- Yo soy
una oveja
- No, tú no
eres una oveja - le replicó el león - Ven conmigo.
Entonces
llevó a la oveja-león a un estanque y le dijo:
- ¡Mira!
Cuando la
oveja-león vio su reflejo en el agua, dio un gran rugido, y en ese momento se
transformó. Nunca volvió a ser como antes.
Si usted
tiene suerte y los dioses son benévolos, o si usted recibe la gracia divina
(use cualquier expresión teológica que desee), repentinamente podría
comprender quién es "yo", y nunca volvería a ser el mismo de antes,
nunca. Nada podrá volver a afectarlo, y nadie podrá volver a herirlo.
Usted no
temerá a nadie y no tendrá miedo de nada. ¿No es eso extraordinario?
Usted vivirá como un rey, como una reina. Esto es lo que significa vivir como
la realeza. Nada de esa basura de que su retrato salga en el periódico o de
tener mucho dinero. Eso es paja. Usted no teme a nadie porque está
completamente satisfecho de no ser nadie. No le interesan el
éxito ni el fracaso. No significan nada. Los honores, la
desgracia, ¡no significan nada! Si usted se comporta como un estúpido,
esto tampoco significa nada. ¡Qué estado tan maravilloso!
Algunas
personas llegan a esta meta con dificultad, paso a paso, después de meses y
semanas de autoconsciencia. Pero les prometo que no he conocido una sola
persona que haya dedicado tiempo a ser consciente que no haya visto una
diferencia en cuestión de semanas. La calidad de su vida cambia, de manera
que ya no tiene que aceptarlo como cuestión de fe. Lo ve: ella es diferente.
Reacciona de manera diferente. En realidad, reacciona
menos y actúa más. Ve cosas que nunca ha visto.
Usted
tendrá mucha más energía, estará mucho más vivo. La gente cree que si ella no
tiene deseos es como leña seca, pero, en realidad, dejaría de estar tensa. Libérese
de su temor al fracaso, de sus
tensiones acerca del éxito; usted será usted mismo. Relajado.
No conducirá con los frenos puestos. Eso será lo que sucederá.
Hay un
hermoso dicho de Tranxu, un sabio chino, que me tomé el trabajo de aprender de
memoria. Dice: "Cuando el arquero dispara sin buscar un premio, tiene toda
su destreza; cuando dispara para ganar una medalla de bronce, se pone nervioso;
cuando dispara para ganar una presa de oro, enceguece, ve dos blancos, y está
fuera de sí. Su destreza no ha cambiado, pero el premio lo divide,
¡Le importa! Piensa más en ganar que en disparar, y la necesidad de ganar
le quita su poder". ¿No es ésa una imagen de lo que es la mayoría
de la gente? Cuando usted no está viviendo por algo, tiene toda su habilidad,
tiene toda su energía, está relajado, no le importa, porque no le importa que
pierda o que gane.
Ésa es una
vida humana. De eso se trata la vida. Eso puede venir solamente de la consciencia.
Y en la consciencia usted se dará cuenta de que el honor no significa nada.
Es un convencionalismo social, eso es todo. Por esa razón los místicos y los
profetas no se preocupaban por eso en absoluto. El honor o el deshonor no
significan nada para ellos. vivían en otro mundo, el mundo de los despiertos.
El éxito o el fracaso no significaba nada para ellos. Tenían la actitud:
"Yo soy estúpido, usted es estúpido, de modo que, ¿Cuál es el
problema?".
Alguien
dijo: "Las tres cosas más difíciles para un ser humano no
son las hazañas físicas ni los logros intelectuales, son, en primer
lugar, retornar amor por odio; en segundo
lugar, incluir a los excluidos; en tercer
lugar, admitir que está equivocado". Pero éstas son las cosas
más fáciles del mundo si usted no se ha identificado con el "mi".
Usted es capaz de decir cosas como: "¡Me equivoqué! Si usted me conociera
mejor, vería con cuanta frecuencia me equivoco. ¿Qué podría esperarse de un
estúpido? Si no me he identificado con estos aspectos del
"mi", usted no puede herirme. Al principio, los viejos
condicionamientos protestarán y usted estará deprimido y ansioso. Usted se
afligirá, llorará, etc. "Antes del despertar, estaba deprimido:
después del despertar, sigo deprimido". Pero hay una diferencia: ya no me
identifico con la depresión. ¿Sabe usted cuán grande es la diferencia?
Usted sale de usted mismo y mira la depresión, y no se identifica
con ella. No hace nada para que se acabe; está perfectamente dispuesto a
seguir su vida mientras ella pasa por usted y desaparece. Si usted no sabe lo
que esto significa, realmente tiene algo por descubrir. ¿Y la ansiedad? Ahí
está y usted no se preocupa. ¡Qué extraño! Está ansioso pero no preocupado.
¿No es eso
una paradoja? Y usted está dispuesto a permitir que esta nube lo invada, porque
cuanto más luche contra ella, mayor poder tendrá sobre usted. Usted
está dispuesto a observarla mientras pasa. Usted puede ser feliz en medio de
su ansiedad. ¿No es eso locura? Usted puede ser feliz en su depresión.
Pero no puede tener un concepto equivocado de la felicidad. ¿Creía
que la felicidad eran las emociones o la excitación? Eso es lo que
causa la depresión. ¿Nadie se lo dijo? Usted está emocionado, bueno, está bien;
pero sólo está preparando el camino para la próxima depresión. Usted está
emocionado pero siente ansiedad tras eso: ¿Cómo puedo lograr que dure? Eso no
es felicidad, eso es adicción.
¿Me
pregunto cuántos no adictos están leyendo este libro? Si usted se parece al
grupo promedio, hay muy pocos, muy pocos. No desprecie a los alcohólicos y a
los drogadictos: tal vez usted sea tan adicto como ellos. La primera vez que
vislumbré este nuevo mundo, fue aterrador. Comprendí lo que significa estar
solo, sin un lugar donde apoyar la cabeza, dejar que todos sean libres y ser
libre, no ser especial para nadie y amarlos a todos - porque el amor hace
eso. Brilla sobre los buenos y los malos por igual; hace que llueva sobre los
santos y los pecadores por igual.
¿Es posible
que la rosa diga: "Les daré mi perfume a los buenos que quieran olerme,
pero no a los malos? ¿O es posible que la lámpara diga: "¿Iluminaré a los
buenos que están en esta sala, pero no iluminaré a los malos?”. ¿O puede
el árbol decir: "les daré mi sombra a los buenos que descansen junto a mí,
pero no a los malos"? estas son imágenes de lo que es el amor.
Siempre ha
estado allí, directamente frente a nosotros en las escrituras, aunque nunca
quisimos verlo porque estábamos sumergidos en lo que nuestra cultura llama
el amor, con sus canciones y sus poemas de amor; eso no es amor en absoluto,
eso es lo opuesto al amor. Eso es deseo y control y posesión. Eso es
manipulación, y temor, y ansiedad; eso no es amor. Nos dijeron que la felicidad
es una piel suave, un lugar de vacaciones. No son esas cosas, pero tenemos
maneras sutiles de hacer que nuestra felicidad dependa de esas cosas, tanto
dentro como fuera de nosotros. Decimos: "Me niego a ser feliz hasta que
desaparezca mi neurosis". Le tengo buenas noticias: puede ser
feliz ahora mismo, con la neurosis. ¿Quiere noticias todavía mejores? Hay
una sola razón por la cual usted no está experimentando lo que en la india
llamamos anand: felicidad, felicidad. Hay una sola razón por la
cual usted no es feliz en este momento: porque está pensando o
concentrándose en lo que no tiene. De otra manera, sería feliz.
Usted se está concentrando en lo que no tiene. Pero ahora
mismo usted tiene todo lo que necesita para ser feliz.
Jesús
hablaba de sentido común con los laicos, con los hambrientos, con los pobres.
Les estaba dando buenas noticias: Tómela, es suya. Pero ¿quién escucha? A nadie
le interesa; la gente prefiere estar dormida.
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