A algunos
nos despiertan las duras realidades de la vida. Sufrimos tanto que despertamos. Pero los
seres humanos tropiezan con la vida una y otra vez. Todavía
caminan como sonámbulos. Nunca despiertan. Trágicamente nunca se les ocurre
que puede haber otra manera. Nunca se les ocurre que puede haber una manera
mejor. Sin embargo, si la vida no lo ha golpeado a usted lo suficiente,
y si no ha sufrido lo suficiente, entonces hay otra manera:
escuchar. No quiero decir que usted tiene que estar de acuerdo con lo
que estoy diciendo. Porque el acuerdo o el desacuerdo tienen que ver con las
palabras y los conceptos y las teorías; no tienen nada que ver con la verdad. La
verdad nunca se expresa con palabras. La verdad se percibe de repente, como
resultado de cierta actitud. De manera que usted puede no estar de acuerdo
conmigo y, sin embargo, percibir la verdad. Pero tiene que haber una actitud
de apertura, estar dispuesto a descubrir algo nuevo. Eso es lo
importante, no que usted esté o no esté de acuerdo conmigo. Al fin y al cabo,
la mayor parte de lo que estoy dando son realmente teorías. Ninguna teoría
abarca adecuadamente la realidad. De manera que yo puedo hablarle a usted,
no de la verdad, sino de los obstáculos de la verdad. Esos obstáculos los
puedo describir. No puedo describir la verdad. Nadie puede hacerlo. Lo
único que puedo hacer es describirle sus falsedades, para que pueda dejarlas. Lo
único que puedo hacer por usted es desafiar sus creencias y el sistema de
creencias que lo hace desdichado. Lo único que puedo hacer es ayudarle a
desaprender. De eso se trata el aprendizaje en lo concerniente a la
espiritualidad: desaprender, desaprender casi todo lo que nos han
enseñado. Una disposición para desaprender, para escuchar.
¿Está usted
escuchando, como lo hace la mayoría de la gente, con el fin de confirmar lo que
ya piensa? Observe sus propias reacciones a medida que hablo. Con frecuencia se
alarmará, o se conmocionará, o se escandalizará, o se irritará, o se
disgustará, o se sentirá frustrado. O dirá: "¡Maravilloso!". ¿Pero está
usted escuchando para ver si lo que oye le confirma lo que piensa? ¿O está
escuchando para descubrir algo nuevo? Eso es importante. Es difícil para
las personas que están dormidas. Jesús proclamó la Buena Nueva, y, sin embargo,
fue rechazado. No porque fuera buena, sino porque era nueva.
Detestamos
lo nuevo, ¡lo detestamos! Y cuanto más pronto aceptemos este hecho, mejor.
No queremos nada nuevo, especialmente cuando es perturbador, especialmente
cuando implica un cambio. Especialmente si implica decir: "Yo
estaba equivocado". Recuerdo que me encontré en España con un jesuita de
ochenta y siete años; fue superior y profesor mío en la India hace treinta o
cuarenta años. Y asistió a un taller como éste. "Debería haberlo oído hace
setenta años", me dijo. " Mire: he estado equivocado toda la
vida". Dios, ¡escuchar eso! Es como ver una de las maravillas del mundo.
Eso, damas y caballeros, ¡es fe! Una apertura hacia la verdad, sin importar
las consecuencias, sin importar hacia dónde lo lleve a uno. Eso es fe. No
creencia sino fe. Las creencias le dan a uno mucha seguridad. Pero la fe es
inseguridad. Uno no sabe. Uno está dispuesto a seguir y está
abierto, ¡completamente abierto! Está dispuesto a escuchar. Y
fíjense bien, estar abierto no significa ser crédulo, no significa tragar
entero todo lo que diga el que habla, de ningún modo. Ustedes tienen que
cuestionar todo lo que estoy diciendo. Pero cuestiónenlo desde una
actitud de apertura, no de terquedad. Y cuestiónenlo todo. Recuerden estas
hermosas palabras de Buda: "Los monjes y los eruditos no
deben aceptar mis palabras por respeto sino que deben analizarlas, así como un
orfebre analiza el oro - cortando, raspando, frotando, fundiendo".
Cuando uno
hace eso, está escuchando. Ha dado un gran paso hacia el despertar. Como
dije, el primer paso es estar dispuesto a admitir que uno no quiere
despertar, que no quiere ser feliz. Dentro de uno hay toda clase de resistencias.
El segundo paso es estar dispuesto a comprender, a escuchar, a cuestionar
todo su sistema de creencias. No solamente su sistema de creencias
religiosas, sus creencias políticas, sus creencias sociales, sus creencias
psicológicas, sino todas sus creencias. Estar dispuesto a revisarlas todas,
según la metáfora de Buda. Y les daré a ustedes muchas oportunidades para que
realicen eso aquí.
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