Algo más
sobre las palabras: Les dije antes que las palabras son limitadas. Les
voy a decir otra cosa. Hay palabras que no corresponden a nada. Por
ejemplo, yo soy hindú. Ahora supongamos que soy prisionero de guerra en el
Pakistán, y que me dicen: "Bueno, hoy lo vamos a llevar a la frontera”.
Y miro y pienso: "Ah, mi país, mi hermoso país. Veo aldeas y árboles y
colinas. Ésta es mi tierra, mi tierra natal". Al cabo de un rato, uno
de los guardias dice: "Perdone, nos equivocamos. Tenemos que recorrer
otros veinte kilómetros". ¿A qué estaba yo reaccionando? A nada. Estaba
fijándome en una palabra: India. Pero, ¿los árboles son la India?, los árboles
son árboles. En realidad, no hay fronteras ni límites; los puso allí la mente
humana; generalmente los fijaron políticos avaros y estúpidos. En una
época, mi país fue uno; ahora son cuatro. Si no nos cuidamos, podría llegar a
seis. entonces tendríamos seis banderas, seis ejércitos. Por eso ustedes nunca
me verán saludar una bandera. Yo detesto todas las banderas nacionales
porque son ídolos. ¿Qué estamos saludando? Yo saludo a la humanidad, no
una bandera con un ejército a su alrededor.
Las
banderas están en la mente de las personas. En todo caso, hay miles
de palabras en nuestro vocabulario que no corresponden a la realidad. ¡Pero
cómo nos emocionan! Entonces empezamos a ver cosas que no están allí.
Realmente vemos montañas indias cuando ellas no existen, y realmente vemos
gente hindú, que tampoco existe. Su condicionamiento hindú existe. Pero eso
no es una cosa para regocijarse. En estos días, en los países del tercer
mundo, hablamos mucho de la "inculturación". ¿Qué es eso que llamamos
cultura? La palabra no me hace muy feliz. ¿Qué quiere decir que a usted le
gusta hacer algo porque lo condicionaron para que lo hiciera? ¿Qué le gustaría
sentir algo porque lo condicionaron para que lo sintiera? ¿No es eso ser
mecánico? Imagínense un bebé estadounidense que es adoptado por una pareja
rusa y es llevado a Rusia. No tiene idea de que es estadounidense de
nacimiento. Crece hablando ruso; vive y muere por la madre Rusia; odia a los
estadounidenses. El niño tiene el sello de su propia cultura; está
familiarizado con su propia literatura. Mira el mundo a través de los ojos de
su cultura. Ahora, si ustedes quieren mostrar su cultura de la misma manera
como muestran sus vestidos, está bien. La mujer hindú usaría un sari y la mujer
estadounidense usaría otra cosa, y la mujer japonesa usaría su kimono. Aunque
nadie se identifica con sus vestidos, ustedes si quieren usar su cultura. Están
orgullosos de su cultura. Les enseñan a estar orgullosos de ella.
Permítanme decirlo tan enérgicamente como pueda. Un jesuita amigo mío me dijo: "Cuando
veo a un mendigo o a un pobre, no puedo no darle una limosna. Eso me lo enseñó
mi madre". Su madre le daba una comida a cualquier pobre que pasara.
Yo le dije: Joe, lo que tú tienes no es una virtud; lo que tienes es una
compulsión (acto repetitivo), una buena compulsión desde el punto de vista
del mendigo, pero de todas maneras es una compulsión".
Recuerdo
otro jesuita que nos dijo una vez en una reunión íntima de nuestra provincia
jesuita en Bombay: "Yo tengo ochenta años; he sido jesuita durante
setenta y cinco años. Nunca he dejado de hacer mi hora de meditación -
nunca". Bueno, eso podría ser muy admirable, o también podría ser
una compulsión. No hay gran mérito si es algo mecánico. La belleza
de una acción viene, no de que se haya convertido en un hábito sino de su
sensibilidad, su consciencia, su claridad de percepción, y su claridad de
respuesta. Puedo decirle sí a un mendigo y no a otro. No estoy
obligado por ningún condicionamiento o programación de mis experiencias pasadas
o de mi cultura. Nadie me ha sellado con algo, o si lo han hecho, ya no
reacciono basándome en ello. Si usted hubiera tenido una mala
experiencia con un estadounidense o si lo hubiera mordido un perro, o si
hubiera tenido una mala experiencia con cierto tipo de alimento, sentiría la
influencia de esa experiencia durante el resto de su vida. ¡Y eso está
mal! usted necesita liberarse de eso. No conserve las expectativas del pasado. En
realidad, tampoco conserve las buenas experiencias del pasado. Aprenda lo
que significa experimentar algo plenamente, después descártelo y pase al
momento siguiente, sin influencias del anterior. Tendría
tan poco equipaje que podría pasar por el ojo de una aguja. Sabría lo
que es la vida eterna porque la vida eterna es ahora, es el ahora sin tiempo. Solamente
así entrará en la vida eterna. Pero cuantas cosas llevamos con nosotros. Nunca
emprenderemos la tarea de liberarnos, de dejar el equipaje, de ser nosotros
mismos. Siento decir que en todas partes encuentro musulmanes que
utilizan su religión, su culto y su Corán para distraerse de esa tarea. Y lo
mismo puede decirse de los hindúes y de los cristianos.
¿Puede
usted imaginarse al ser humano que ya no está influenciado por las palabras? Usted
puede decirle cualquier cantidad de palabras, y él todavía será ecuánime con
usted. Usted puede decir: "Yo soy el Cardenal- Arzobispo Fulano de
Tal", pero él seguirá siendo ecuánime; lo verá a usted como es. No está
influenciado por el rótulo.
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