Dag
Hammarskjöld, ex secretario general de las Naciones Unidas, lo dijo bellamente:
"Dios no muere el día que dejamos de creer en una deidad personal.
Pero nosotros morimos el día que nuestra vida deje de estar iluminada
por el firme resplandor del asombro diariamente renovado, cuya fuente está más
allá de toda razón". No
tenemos por qué discutir por una palabra, porque "Dios" es sólo una
palabra, un concepto. Nunca discutimos por la realidad;
sólo discutimos sobre las opiniones, los conceptos, los juicios. Abandonen
sus conceptos, abandonen sus opiniones, abandonen sus prejuicios, abandonen sus
juicios y lo verán.
"Quia
de deo scire non possumus quid sit, sed quid non sit, non possumus considerare
de deo, quomodo sit sed quomodo non sit". Ésta es la introducción de Santo
Tomás de Aquino a su summa theológica; "Como no podemos conocer lo
que Dios es, sino lo que Dios no es, no podemos considerar cómo es Dios sino
sólo cómo no es". Ya mencione el comentario de Tomás al libro de
Boecio de Sancta Trinitate, en donde dice que el más alto grado de
conocimiento de Dios es conocer a Dios como el desconocido, tamquan
ignoyum. Y en su Questio Disputata de Pontetia Dei, Tomás dice: "Esto
es lo máximo en el conocimiento humano de Dios - Saber que no conocemos a
Dios". A este caballero lo consideraban el príncipe de los
teólogos. Era un místico, y hoy es un santo canonizado. estamos sobre terreno
bastante firme.
En la India
tenemos un dicho sánscrito para este tipo de cosa: "Neti,
neti". Significa: "No es eso, no es eso". El método
de Tomás se llamaba el de la vía negativa, el camino negativo. C.S. Lewis
escribió un diario mientras su esposa estaba agonizando. Se llama “Un dolor
observado”. Él se había casado con una mujer norteamericana a quien quería
entrañablemente. Les dijo a sus amigos: "Dios me dio a los sesenta años lo
que me negó a los veinte". Hacía muy poco que se habían casado cuando ella
se murió dolorosamente de cáncer. Lewis dijo que toda su fe se había
derrumbado, como un castillo de naipes. Él era el gran apologista cristiano,
pero cuando el desastre lo golpeó, se preguntó: "¿Es Dios el padre amante
o el gran vivisector?". ¡Hay una amplia evidencia para ambas
posibilidades! Recuerdo que cuando mi madre enfermó de cáncer, mi hermana me
preguntó:
- Tony ¿Por
qué permitió Dios que esto le sucediera a mamá?
Le dije:
- Querida,
el año pasado se murieron de hambre un millón de personas en la China debido a
la sequía y tú nunca te inquietaste.
A veces lo mejor que
puede sucedernos es despertar a la realidad, que nos golpee la calamidad,
porque entonces llegamos a la fe, como llegó C.S. Lewis. Él dijo
que antes no había tenido dudas sobre la supervivencia de las personas después
de la muerte, pero que cuando su esposa murió ya no estuvo seguro. ¿Por
qué? Porque era sumamente importante para él que ella siguiera viviendo. Como
ustedes saben, C.S. Lewis es el maestro de las comparaciones y las analogías.
Él dice: "Es como una cuerda. Alguien le pregunta a uno:
- ¿Esta
cuerda resistirá el peso de sesenta y cinco kilos?
Uno
responde:
- Sí.
- Bien,
vamos a bajar a su mejor amigo con esta cuerda.
Entonces
uno dice:
- Espéreme
un momento, déjeme probar la cuerda de nuevo. Ahora ya no está tan
seguro".
Lewis
también dijo en su diario que no podemos saber nada sobre Dios y que incluso
nuestras preguntas sobre Dios son absurdas. ¿Por qué? es como si una persona
ciega de nacimiento le preguntara a uno: "¿El color verde es caliente o
frío?" Neti, neti, no es eso. "¿Es largo o corto?". No es eso.
"¿Es dulce o es ácido?". No es eso. “¿Es redondo o cuadrado?”. No es
eso, no es eso. El ciego no tiene palabras, no tiene conceptos, para un
color del cual no tiene idea, no tiene intuición, no tiene experiencia.
Usted sólo le puede hablar valiéndose de analogías. Pregunte lo que pregunte,
usted sólo le puede decir: "No es eso". C.S. Lewis dice en alguna
parte que es como preguntar cuántos minutos hay en el color amarillo.
Todo el mundo podría tomar la pregunta muy en serio, discutirla, disputar sobre
ella. Una persona sugiere que hay veinticinco zanahorias en el color amarillo,
la otra persona dice: "No, diecisiete papas". Y de pronto están
peleando. No es eso, no es eso.
Esto es lo
máximo en nuestro humano conocimiento de Dios: Saber que no sabemos. Nuestra
gran tragedia es que sabemos demasiado. Creemos que sabemos, ésa es
nuestra tragedia; por eso nunca descubrimos. De hecho,
Tomás de Aquino (él no es solamente un teólogo sino un gran filósofo) dice en
repetidas ocasiones: "Todos los esfuerzos de la mente humana no
pueden agotar la esencia de una mosca".
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu comentario aparecerá una vez revisado por el moderador de la página. Gracias.