jueves, 30 de abril de 2020

JOAN SÁNCHEZ FORTUN : YO, ESE SER DESCONOCIDO



De la misma manera que el conocimiento interior hace libre al ser humano, su desconocimiento lo esclaviza, sometiéndolo al sufrimiento prolongado, improductivo e innecesario. Aumenta sus miedos, ansiedad e inseguridad, determina la pérdida de su identidad e imposibilita desarrollar una vida más plena consigo mismo y con sus semejantes.

Si caminamos sin brújula ni orientación, sentiremos la sensación de estar perdidos físicamente. Mucho más doloroso resulta cuando estamos perdidos interiormente, al ignorar el sentido humano y existencial que daremos a nuestra vida, con lo cual provocaremos un grave y doloroso conflicto: la pérdida de realidad y el desconocimiento de nuestros límites. Iniciaremos así una etapa dolorosa, cuyo único fin debería ser el de cobrar conciencia de nuestras carencias personales y afectivas para poder, entonces, iniciar un beneficioso y productivo proceso evolutivo e integrador.

Diversas son las causas que provocan este desconocimiento interior. Muy destacadamente, el grado de involución, consecuencia de nuestra inmadurez; culpar al prójimo de los actos injustificables para liberarnos de nuestras responsabilidades. Rechazar sistemáticamente toda opinión desfavorable dificultará que interioricemos nuestros errores para conseguir así una posterior rectificación.

Actitudes relacionadas con el orgullo, la soberbia y la prepotencia son compañeros indeseables cuando anidan en nuestro ser, nos aíslan patológicamente de la realidad, con el consiguiente sufrimiento. Opinar antes que preguntar, creerse en posesión de la verdad, vivir aislados «autísticamente» en nuestra burbuja como actitud «protectora y cómoda», no es el mejor camino para descubrirnos interiormente como seres humanos.
La escucha y el diálogo responsables e integradores; cobrar conciencia de la realidad para afrontar y reconocer nuestros límites, así como la superación de los miedos ―complementando lo aportado anteriormente―, posibilitarán que dejemos de ser unos desconocidos de nosotros mismos.

Si el conocimiento interior hace libre al ser humano, ¿qué espera para ser libre? ¿O prefiere vivir en su total ignorancia existencial, con el consiguiente sufrimiento que conlleva?

UN CORDIAL SALUDO
JOAN SÁNCHEZ-FORTUN

SALUDOS A LA ASOCIACIÓN DONES Y TALENTOS DEL ESCRITOR JOAN SÁNCHEZ-FORTUN



Hace unos años con motivo de la presentación de unos libros en la Biblioteca Santa  Nonia, quedé prendado de esta bonita ciudad de  León. Por sus personas, historia y todo cuanto acontece en la misma.
Por este motivo, es para mí un honor, en primer lugar, conocer a un ser humano como es Juan Fernández, por su humanidad y labor que realiza en beneficio de las personas desde sus diversas áreas, humanas, talleres…  y, posteriormente, darme a conocer la existencia y los valores que se imparten en la Asociación de Dones y Talentos de León.
A pesar de la distancia, resido en Barcelona, me produce una enorme ilusión, cooperar en la Asociación mediante este artículo.
Conseguir la plenitud interior, eso que llaman la "felicidad", es el primer paso en el encuentro con uno mismo, el que nos brinda la Asociación, siempre y cuando estemos vivos interiormente, con el deseo de conocernos a nosotros mismos, para de esta manera, conocer mejor a nuestros semejantes y, contribuir a ese deseado mundo mejor.
FELICIDADES A TODOS POR PERTENECER A ESTA ASOCIACIÓN.
Reciban un cordial saludo y un afectuoso abrazo,
Joan Sánchez-Fortun


21.- CHARLAS DE ESPIRITUALIDAD DE ANTHONY DE MELLO CHARLA 21 LOS RÓTULOS




Lo importante no es saber quién es "yo" o qué es "yo". Usted nunca lo logrará. Lo importante es descartar los rótulos. Como dicen los maestros Zen japoneses: "No busquen la verdad; sencillamente descarten sus opiniones". Descarten sus teorías; no busquen la verdad, la verdad no es algo que se busca. Si dejaran de apegarse a sus opiniones, lo sabrían. ¿Qué quiero decir por rótulos? Todos los rótulos son imaginables excepto quizás el de ser humano. Soy un ser humano. Suficiente; no dice mucho. Pero cuando alguien dice "Yo tengo éxito" eso es demencial. El éxito no es parte del "yo". El éxito es algo que va y viene; podría estar presente hoy y ausente mañana. Eso no es "yo". Cuando alguien dice: "Tuve éxito", está en un error, está a obscuras. Se identificó con el éxito. Lo mismo sucede cuando dice: "Fracasé"; yo soy abogado, yo soy un hombre de negocios. Ustedes saben lo que va a suceder si se identifican con estas cosas. Se van a apegar a ellas y se van a preocupar porque se acaben. Y entonces es cuando aparece el sufrimiento. Eso es lo que quería decir antes cuando les dije: "Si ustedes sufren, están dormidos". ¿Quieren un signo de que están dormidos? Aquí lo tienen: ustedes sufren. El sufrimiento es un signo de que ustedes no están en contacto con la verdad. El sufrimiento les da para que puedan abrir los ojos a la verdad, para que puedan comprender que en alguna parte hay falsedad, así como el dolor físico les da para que comprendan que en alguna parte hay enfermedad. El sufrimiento indica que en alguna parte hay falsedad. El sufrimiento se produce cuando ustedes se estrellan contra la realidad. Cuando sus falsedades se estrellan con la verdad, entonces hay sufrimiento. De otra manera no hay sufrimiento.

ANTHONY DE MELLO

miércoles, 29 de abril de 2020

UN LUGAR EN MI CORAZÓN: MI PROPIA COMPAÑÍA




Durante este confinamiento he pasado por varias fases, como todos nosotros.  Al inicio me decía a mí misma… ¿Seré capaz de aguantar, en casa yo sola tantos días de encierro? ¿Qué voy a hacer? ¿Y sí me asalta una gran tristeza que voy a hacer….?  ¿Cómo voy a poder superar este estado de alarma sin salir, ni ver a mis amigos, sin ir a trabajar tanto tiempo y no poder ver a mis compañeros? Así mismo, pensé que no quería dar la chapa a nadie pues cada uno ya tiene sus propios quebraderos de cabeza y, por añadidura, este confinamiento a nadie le va a dejar indiferente, por lo que trataría de gestionarlo con mis propias fuerzas…. Pues, como digo, al principio, decidí que iba a mantenerme activa y no dejar que el desánimo pudiera conmigo. Fueron pasando los días y extrañada veía que seguía serena e incluso mejorando la relación que tengo conmigo misma… Recordé aquella frase de Jiddu Krishnamurti que, en aquel entonces, me hizo reflexionar, que dice: “No es signo de buena salud el estar bien adaptado a una sociedad profundamente enferma”.

También reflexioné sobre otra que se atribuye a Jean Paul Sartre que dice: ”Si te sientes sólo, cuando estás sólo, es que estás en mala compañía”. Esta frase hizo emerger en mí la necesidad de observar cómo me llevo conmigo misma, pues es harto vergonzoso verse, cuando uno está solo, en mala compañía. Algo muy práctico e interesante en estos momentos, saber cómo me llevo conmigo misma y conseguir llevarme bien.  Esta sociedad, la sociedad de hoy en día, es una sociedad muy avanzada, porque ha hecho que el mundo esté completamente interconectado, de modo que en segundos puedas hacer llegar un mensaje de un lado al otro del orbe, pero cuando se trata de superar algo como este confinamiento del coronavirus 2020, ¡Ay, Dios! Eso ya es más serio porque llegada la hora de estar a solas con nosotros mismos, ¡qué vacío!  ¡qué soledad más grande! … ¿De qué herramientas dispongo para poder gestionar esto? Seguro que tengo en mi casa un montón de cosas que ni utilizo. Pero ¿qué puede ayudarme a gestionar este confinamiento, en el que no puedo salir de compras, ni reunirme con los amigos….? Pues muy sencillo… conseguir que cuando estoy sola, esté en la mejor de las compañías que puedo tener…

He disfrutado de un desayuno delante de una ventana abierta por la que entraban unos rayos de sol matinales que me daban su calor acompañados de los trinos de los pajarillos que andan por mi barrio y he sido consciente de la vida y de la Naturaleza que vibra a mi alrededor…. Y me he sentido satisfecha… sin necesitar más. He observado como miles de personas a las que se les ha parado su vida han sido creativas para acercarse a los vecinos a través de las ventanas para poder sentir la cercanía de otro ser humano sin más artilugios que la imaginación.
He meditado y me he escuchado, he sentido si estoy rabiada, si estoy triste, si me siento cansada, si estoy alegre, si echo de menos a aquellas personas que veo a menudo y he tomado conciencia de cuales son mis necesidades para poder satisfacerlas.  He agradecido poder comer todos los días y poder hacer ejercicio en mi casa y sentirme autónoma en estos días… y me he sentido afortunada porque soy consciente…

Este confinamiento es una llamada a vivir despacio, conscientes, sin hacer acopio de bienes materiales para llenar ese vacío existencial que a veces nos invade, porque no sabemos cómo sentirnos a gusto en nuestra propia compañía. Para ello es necesario conocernos, estar atentos a cómo nos tratamos a nosotros mismos y cuidarnos. Estar serenos y en paz …  Y este momento es un tiempo para ello. Si conseguimos sacar este aprendizaje, esta crisis habrá servido de mucho.

FÁTIMA DE LA MANO

20.- CHARLAS DE ESPIRITUALIDAD DE ANTHONY DE MELLO CHARLA 20 LA BUENA RELIGION: LA ANTÍTESIS DE LA INCONSCIENCIA



Alguien me preguntó durante una conferencia: ¿Qué piensa sobre Nuestra Señora de Fátima?" ¿Qué opina de ella? Cuando me hacen preguntas como ésa, me acuerdo de aquella vez que llevaban la estatua de Nuestra Señora de Fátima en un avión a una peregrinación de veneración, y cuando volaban sobre el sur de Francia el avión empezó a bambolearse y a temblar y parecía que fuera a desbaratarse. y la milagrosa estatua gritó: ¡Nuestra Señora de Lourdes, ruega por nosotros!" Y todo se arregló. ¿No fue maravilloso? ¿una "nuestra señora" que ayuda a otra "nuestra señora"?

También había un grupo de mil personas que fueron en peregrinación a Ciudad de México, a venerar el santuario de Nuestra Señora de Guadalupe, y se sentaron delante de la estatua protestando porque el Obispo de la Diócesis había declarado a "Nuestra Señora de Lourdes" patrona de la Diócesis! Estaban seguros de que Nuestra Señora de Guadalupe lo sentía mucho, de manera que estaban protestando en desagravio de la ofensa. Ése es el problema con la religión si uno no se cuida.

Cuando les hablo a los hindúes, les digo: "Sus sacerdotes no se alegrarán de oír esto" (fíjense lo prudente que estoy esta mañana), "pero, según Jesucristo, a Dios le agradaría más la transformación de ustedes que la adoración que le rindan. Le agradaría mucho más su amor que su adoración". Y cuando les hablo a los musulmanes, les digo: "Su ayatollah y sus mullahs no se van a alegrar de oír esto, pero a Dios le va a agradar mucho más que ustedes se transformen en personas llenas de amor que si dicen "Señor, Señor". Es infinitamente más importante que ustedes se despierten. Eso es la espiritualidad, eso es todo. Si ustedes lo logran, tienen a Dios. Entonces ustedes adoran "en espíritu y en verdad". Cuando ustedes se convierten en amor, cuando se transforman en amor.

El peligro de lo que puede hacer la religión se ve muy bien en una historia que contó el Cardenal Martini, Arzobispo de Milán. La historia es sobre una pareja de italianos que se van a casar. Se habían puesto de acuerdo con el párroco para hacer una pequeña recepción en el atrio de la parroquia, frente a la iglesia. Pero llovió, y no se podía hacer la recepción, de modo que le dijeron al sacerdote: “¿Podríamos hacer la celebración en la iglesia?”.

Al padre no le entusiasmó hacer una recepción en la iglesia, pero ellos le dijeron: "Comeremos un poco de torta, cantaremos una canción, tomaremos un poquito de vino y nos iremos a casa". De manera que el padre aceptó. Pero como eran italianos amantes de la vida, tomaron un poco de vino, cantaron una canción, luego tomaron otro poquito de vino y cantaron más canciones, y a la media hora había una gran celebración en la iglesia. Y todos se estaban divirtiendo mucho. Pero el padre estaba tenso, paseándose de un lado para otro en la sacristía, preocupado por el ruido que estaban haciendo. El coadjutor entró y le dijo:
- Veo que usted está muy tenso.
- Por supuesto que estoy tenso. ¡Oiga el ruido que están haciendo, y en la casa de Dios! ¡Santo Dios!
- Pero padre, realmente no tenían a dónde ir.
-¡Ya lo sé! Pero, ¿por qué tienen que hacer tanto ruido?
- Bueno, no debemos olvidar que el mismo Jesús asistió una vez a una boda! ¿No es verdad, padre?
- Yo sé que Jesucristo asistió a un banquete de bodas. ¡No es necesario que usted me diga que Jesucristo asistió a un banquete de bodas! ¡Pero no estaba allí el santísimo sacramento!

Miren: A veces el Santísimo Sacramento es más importante que Jesucristo: Cuando el culto es más importante que el amor, cuando la iglesia es más importante que la vida, cuando Dios es más importante que el prójimo. Y así sigue. Ése es el peligro. En mi opinión, para esto era para lo que Jesús evidentemente nos llamaba: ¡Primero lo primero! La persona es mucho más importante que el sábado. Hacer lo que le digo, convertirse en lo que estoy indicando, es mucho más importante que decir Señor, Señor. Pero a su mullah no le va a gustar oír eso, se lo aseguro. A sus sacerdotes no les va a gustar oír eso. Sin embargo, de eso es de lo que hemos estado hablando. De la espiritualidad. Del despertar. Como les dije, si quieren despertar es extremadamente importante hacer lo que llamo "autoobservación". Sean conscientes de
lo que dicen, sean conscientes de lo que hacen, sean conscientes de lo que piensan, sean conscientes en su manera de actuar. Sean conscientes del lugar de donde vienen, de cuales son sus motivaciones. No vale la pena vivir una vida sin consciencia.

La vida sin consciencia es una vida mecánica. No es humana, es programada, condicionada. Más valdría que fuéramos una piedra, un trozo de madera. En mi país hay cientos de miles de personas que viven en pequeñas chozas, en una pobreza extrema; apenas logran sobrevivir, todo el día hacen un trabajo manual duro, duermen y se despiertan por la mañana, comen algo, y vuelven a empezar. Y uno piensa: "¡Qué vida!". "¿Eso es lo que la vida tiene para ofrecerles?". Y entonces, de pronto, se sobresalta cuando se da cuenta que el 99.999% de las personas de aquí no están mejor. Ustedes pueden ir al cine, conducir un automóvil, hacer un crucero. ¿Creen ustedes que están mejor que ellos? Ustedes están tan muertos como ellos. Son una máquina tanto como lo son ellos - Una máquina un poco más grande, pero, de todas maneras, una máquina. Eso es triste. Es triste pensar que la persona pasa por la vida así.

Los seres humanos pasan por la vida con ideas fijas; nunca cambian. Sencillamente no se dan cuenta de lo que sucede. Ellos podrían ser un bloque de madera, o una roca, una máquina que habla, camina, piensa. Eso no es humano. Son títeres movidos en todas las direcciones por todo tipo de cosas. Opriman un botón y obtendrán una reacción. Casi se puede predecir cómo va a reaccionar una persona. Si estudio a una persona, puedo decirles cómo va a reaccionar. Con mi grupo de terapia, a veces escribo en una hoja de papel que Fulano va a iniciar la sesión y que Mengano va a responderle. ¿Creen que eso está mal? Bueno, no escuchen a las personas que les dicen: "¡Olvídese de usted mismo! Acérquese a los demás con amor". ¡No las escuchen! Todos se equivocan. Lo peor que usted puede hacer es olvidarse de usted mismo cuando se acerca a los demás con lo que se llama una actitud de ayuda.

Esto lo entendí a la fuerza hace muchos años, cuando estudié psicología en Chicago. estábamos siguiendo un curso de consejería para sacerdotes. Se admitía sólo a sacerdotes que estaban haciendo
consejería y que aceptaban traer a la clase la grabación de una sesión. Éramos como veinte. Cuando me llegó el turno, traje un casete con una entrevista que había tenido con una joven. El instructor colocó la cinta en una grabadora, y la escuchamos. A los cinco minutos, como acostumbraba el instructor detuvo la grabación y preguntó: ¿Hay comentarios? Alguien me dijo:
- ¿Por qué le preguntó eso a ella?
- No creo haberle preguntado nada - le contesté -. En realidad, estoy bastante seguro de no haberle preguntado nada.
- Usted le preguntó - afirmó.

Yo estaba seguro porque en esa época estaba siguiendo conscientemente el método de Carl Rogers, el cual se orienta hacia las personas y es no directivo: uno no hace preguntas, no interrumpe ni da consejos. De manera que yo sabía que no debía hacer preguntas. De todos modos, hubo una discusión entre nosotros y entonces el instructor dijo: "¿Por qué no volvemos a escuchar la grabación?". Volvimos a escucharla y entonces con horror, oí una pregunta grande, tan grande como el Empire State Building, una pregunta enorme. Lo interesante es que yo había oído esa pregunta tres veces, la primera vez, supuestamente cuando la hice, la segunda vez cuando escuché la grabación en mi habitación (porque yo quería llevar una buena grabación a clase), y la tercera vez cuando la escuché en clase. Pero no la había oído. No había tomado consciencia.

Eso sucede con frecuencia en mis sesiones de terapia o en mi dirección espiritual. Grabamos la entrevista, y cuando el cliente la escucha dice: "Mire, realmente no oí lo que usted dijo durante la entrevista, sólo oí lo que dijo cuando escuché la grabación". Lo más interesante es que yo no oí lo que dije durante la entrevista. Es sorprendente descubrir que durante una sesión de terapia digo cosas de las que no tengo consciencia. Solamente más tarde capto su pleno significado. ¿Creen ustedes que esto es humano? Usted dice: "Olvídese de usted mismo y vaya hacia los demás". De todos modos, después de escuchar nosotros toda la grabación allá en Chicago, el instructor dijo: "¿Hay comentarios?". Uno de los sacerdotes, un hombre de cincuenta años con quien yo simpatizaba, me dijo:
- Tony, me gustaría hacerte una pregunta personal. ¿Te parecería bien?
- Si, por supuesto - le contesté - Si no quiero responderla, no respondo.
- ¿La mujer de la entrevista es bonita? - me preguntó

Realmente, yo estaba en un estadio de mi desarrollo (o subdesarrollo) en el cual no me daba cuenta de si alguien era bien parecido o no lo era. No me importaba. Ella era una oveja del rebaño de Cristo; yo era un pastor. Yo prestaba ayuda. ¡Qué maravilla! Así me habían entrenado. De modo que le dije:
- ¿Eso que tiene que ver?
- Porque ella no te gusta, ¿verdad? - me contestó
- ¡¿Qué?! - exclamé

Nunca me había detenido a pensar si los individuos me gustaban o me disgustaban. Como la mayoría de la gente, sentía una antipatía ocasional que se hacía consciente, pero mi actitud generalmente era neutral. Le pregunte:
- ¿Por qué piensas eso?
- Por la grabación.
La escuchamos nuevamente, y me dijo:
- Escucha tu voz. La dulzura con que hablas. Observa. Estás irritado, ¿no es así?

Si estaba irritado, y sólo estaba empezando a ser consciente de ello en ese momento. ¿Y qué fue lo que le dije a ella de manera no directiva? Le dije: "No regrese". Pero no me había dado cuenta. El sacerdote amigo me dijo:
- Ella es mujer. Se habrá dado cuenta. ¿Cuándo debes volver a reunirte con ella?
- El próximo miércoles
- Apuesto a que no regresará

No regresó. Esperé una semana, pero no vino. Esperé otra semana y tampoco vino. entonces la llamé. rompí una de mis reglas: No seas el salvador.

La llamé y le dije:
- ¿Recuerda esa grabación que usted me permitió hacer para mi clase? Me ayudó mucho porque la clase me señaló muchas cosas (¡No le dije qué cosas!) que podrían hacer que la sesión fuera más eficaz. De modo que si usted quisiera regresar, sería más eficaz.
- Bien, regresaré - me contestó.
Regresó. Todavía estaba allí la antipatía. No había desaparecido, pero ya no estorbaba. Usted controla aquello de lo cual es consciente; aquello de lo cual usted no es consciente, lo controla a usted. Usted siempre será un esclavo de aquello de lo cual no es consciente.

Cuando es consciente de ello, se libera. Todavía está allí, pero no le afecta. No le controla a usted, no le esclaviza. Ésa es la diferencia.

Conciencia, conciencia, conciencia. Lo que nos enseñaron en ese curso fue a ser observadores participantes.

Para expresarlo gráficamente, yo estaría hablando con usted y al mismo tiempo estaría afuera observándolo a usted y observándome a mí mismo. Cuando estoy escuchándole a usted, es infinitamente más importante escucharme a mí mismo que escucharle a usted. Por supuesto, es importante escucharle a usted, pero es más importante escucharme a mí mismo. De otra manera, no le estaré oyendo. O distorsionaré todo lo que dice. Le oiré a través de mi condicionamiento.

Reaccionaré a usted de muchas maneras, de acuerdo con mis propias inseguridades, con mi necesidad de manipularle, con mi deseo de tener éxito, con irritaciones y sentimientos de los cuales tal vez no sea consciente. De manera que es muy importante que me escuche a mí mismo cuando le estoy escuchando a usted. Para eso nos entrenaron: para ser conscientes.

Usted no tiene que imaginarse a usted mismo flotando en alguna parte en el aire. Para aproximarse a una comprensión de lo que estoy diciendo, imagínese un buen conductor, que conduce un automóvil y que está concentrado en lo que usted le dice. En verdad es posible que esté discutiendo con usted, pero está completamente consciente de las señales de tránsito. En el momento en que sucede algo inesperado, en el momento en que hay un sonido, o ruido, o roce, lo oirá de inmediato. Dirá: "¿Está seguro de que cerró esa puerta de atrás?". ¿Cómo lo hizo? Estaba consciente, estaba alerta. Su atención estaba enfocada en la conversación, o en la discusión, pero su conciencia era más difusa. Estaba percibiendo muchas cosas.
Aquí no estoy defendiendo la concentración. Eso no es importante. Muchas técnicas de meditación inculcan la concentración, pero yo desconfío de eso. Implican violencia, y, con frecuencia, implican más programación y más condicionamiento, lo que yo defendería sería la conciencia, que no es lo mismo que la concentración. La concentración es un reflector, un foco. Usted le abre a cualquier cosa que entra en su consciencia. Usted puede distraerse de eso, pero cuando practica la conciencia, nunca está distraído. Cuando llega la conciencia, nunca hay distracción, porque usted siempre estará consciente de lo que ocurra.

Digamos que estoy mirando esos árboles y estoy preocupado. ¿Estoy distraído? Estoy distraído solamente si me propongo concentrarme en los árboles. Pero si soy consciente de que también estoy preocupado, eso no es ninguna distracción. Sencillamente, tome consciencia del lugar donde está su atención. Cuando algo no va bien o algo inesperado sucede, usted lo notará de inmediato ¡Algo no marcha bien! En el momento en que un sentimiento negativo surge en la conciencia, usted lo notará. Usted es como el conductor del automóvil.

Ya les dije que Santa Teresa de Ávila dijo que Dios le dio la gracia de desidentificarse de sí misma. Ustedes oyen a los niños hablar de esa manera. Un niño de dos años dice: "Tommy desayunó esta mañana". No dice "yo", aunque él es Tommy. Dice "Tommy" - en tercera persona. Los místicos se sienten así. Se han desidentificado de sí mismos y están en paz.

Ésta era la gracia a la que se refería Santa Teresa. Éste es el "yo" que los maestros místicos del oriente están constantemente instando a descubrir. ¡Y los de occidente también! y puede incluir en ellos a Meister Eckhart. Ellos están instando a la gente a descubrir el "yo".

ANTHONY DE MELLO

lunes, 27 de abril de 2020

19.- CHARLAS DE ESPIRITUALIDAD DE ANTHONY DE MELLO CHARLA 19 LA CONCIENCIA Y EL CONTACTO CON LA REALIDAD



Mirarlo todo dentro y fuera de usted, y cuando algo le sucede, verlo como si le estuviera sucediendo a otra persona, sin comentarios, sin juicios, sin actitudes, sin interferencias, sin intentos de cambiarlo, sólo de comprender. Cuando asuma esta actitud, empezará a caer en la cuenta de que se va desidentificando cada vez de su "mi". Santa Teresa de Ávila decía que, hacia el final de su vida, Dios le concedió una gracia extraordinaria. No usa, por supuesto, esta expresión moderna, pero solamente se trata de la desidentificación de sí misma. Si otra persona tiene cáncer y no conozco a esa persona, eso no me afecta mucho. Si tuviera amor y sensibilidad, tal vez le ayudaría, pero eso no me afecta emocionalmente. Si usted tiene que presentar un examen, eso no me afecta mucho. Puedo ser muy filosófico al respecto y decirle: "Bueno, cuanto más se preocupe, peor será. ¿Mas bien por qué no descansa en vez de estudiar?". Pero cuando llega mi turno para presentar un examen, entonces es diferente, ¿no es así? La razón es que me identifiqué con el "mi": con mi familia, con mi país, mis posesiones, mi cuerpo, mi ego. ¿Cómo sería si Dios me diera la gracia de no llamar a estas cosas "mías"? Gozaría del desprendimiento; estaría desidentificado. Eso es lo que significa perderse a sí mismo, negarse a sí mismo, morir a sí mismo.

ANTHONY DE MELLO

domingo, 26 de abril de 2020

18.- CHARLAS DE ESPIRITUALIDAD DE ANTHONY DE MELLO CHARLA 18 EL MIEDO ORIGEN DE LA VIOLENCIA




Algunos dicen que solamente hay dos cosas en el mundo: Dios y el miedo; el amor y el miedo son las únicas dos cosas. Solamente hay un mal en el mundo: el miedo. Solamente hay un bien en el mundo: el amor. A veces le dan otros nombres. A veces lo denominan felicidad o libertad o paz o gozo o Dios o lo que sea. Pero el rótulo realmente no importa. Y no hay un solo mal en el mundo que no se origine en el miedo. Ni uno solo.

La ignorancia y el miedo, la ignorancia causada por el miedo, de ahí viene todo el mal, de ahí viene la violencia. La persona que realmente no es violenta, la que es incapaz de la violencia, es la persona que no tiene miedo. Usted se enoja solamente cuando tiene miedo. Piense en la última vez que se enojó y busque el miedo subyacente. ¿Qué temía perder? ¿Qué temía que le quitaran? De ahí viene la ira. Piense en una persona furiosa, tal vez en alguien a quien usted teme. ¿Puede ver todo el miedo de esa persona? Tiene mucho miedo, realmente lo tiene. Está muy asustada o no estaría furiosa. En el último análisis solamente hay dos cosas, el amor y el miedo.

En este retiro me gustaría dejarlo hasta ahí, sin estructura y pasando de una cosa a la otra y regresando a ciertos temas una y otra vez, porque ésa es la forma de captar lo que estoy diciendo. Si eso no le llega la primera vez, puede llegarle la segunda, y lo que no le llega a esa persona puede llegarle a otra. Yo trato diferentes temas, pero todos son sobre lo mismo. Llámelo conciencia, llámelo amor, llámelo espiritualidad o libertad o despertar o cualquier cosa. Realmente es lo mismo.

ANTHONY DE MELLO

sábado, 25 de abril de 2020

17.- CHARLAS DE ESPIRITUALIDAD DE ANTHONY DE MELLO CHARLA 17 COMO SE PRESENTA LA FELICIDAD



Regrese a usted mismo como a su hogar. Obsérvese. Por eso dije antes, que la autoobservación es algo sumamente agradable y extraordinario. Después de un tiempo, usted no tendrá que hacer  ningún esfuerzo, porque, a medida que las ilusiones empiecen a derrumbarse, usted empezará a conocer cosas que no pueden describirse. Eso se llama felicidad. Todo cambia, y usted se vuelve adicto a la consciencia.

Hay una historia sobre el discípulo que fue a donde el maestro y le dijo: "¿Podría darme una palabra de sabiduría?". "¿Podría darme algo que me guiara a través de mis días?". Era el día de silencio del maestro, de manera que tomó un bloc. Escribió: "Consciencia". Cuando el discípulo lo vio, dijo: "Es demasiado breve. ¿Puede ampliarlo un poco?". Entonces el maestro tomó el bloc y escribió: "Consciencia, consciencia, consciencia". el discípulo dijo: "Sí, pero ¿qué significa?". El maestro volvió a tomar el bloc y escribió: "Consciencia, consciencia, consciencia significa: consciencia".

Eso es lo que significa autoobservarse. Nadie puede mostrarle a usted cómo hacerlo, porque estaría dándole una técnica, estaría programándolo. Pero obsérvese a usted mismo. Cuando habla con alguien, ¿está consciente de ello o sencillamente se identifica con ello? Cuando se disgustó con alguien ¿estaba consciente de que estaba furioso, o sencillamente se identificó con su cólera? Más tarde, cuando tuvo tiempo, ¿estudió su experiencia y trató de comprenderla? ¿De dónde procedía? ¿Qué la causó? No conozco ninguna otra vía hacia la consciencia. Usted sólo hace cambiar lo que comprende. Usted reprime lo que no comprende y aquello de lo cual no es consciente. Usted no cambia, pero cuando usted lo comprende, eso cambia.

A veces me preguntan: "¿Es este tránsito hacia la consciencia algo gradual, o es algo súbito?". Algunas personas afortunadas lo logran en un instante. Sencillamente, toman consciencia. Otras van avanzando lentamente, gradualmente, progresivamente. Empiezan a ver las cosas. Las ilusiones se acaban, las fantasías desaparecen, y empiezan a ponerse en contacto con los hechos. No hay una regla general. Hay una famosa historia de un león que encontró un rebaño de ovejas, y, con asombro, descubrió un león entre las ovejas. Era un león que había crecido entre las ovejas desde que era cachorro. Balaba como oveja y corría como una oveja. El león se le acercó, y cuando la oveja-león estuvo frente al león real, empezó a temblar. El león dijo:
- ¿Qué estás haciendo entre estas ovejas?
La oveja-león le contestó:
- Yo soy una oveja
- No, tú no eres una oveja - le replicó el león - Ven conmigo.
Entonces llevó a la oveja-león a un estanque y le dijo:
- ¡Mira!
Cuando la oveja-león vio su reflejo en el agua, dio un gran rugido, y en ese momento se transformó. Nunca volvió a ser como antes.

Si usted tiene suerte y los dioses son benévolos, o si usted recibe la gracia divina (use cualquier expresión teológica que desee), repentinamente podría comprender quién es "yo", y nunca volvería a ser el mismo de antes, nunca. Nada podrá volver a afectarlo, y nadie podrá volver a herirlo.

Usted no temerá a nadie y no tendrá miedo de nada. ¿No es eso extraordinario? Usted vivirá como un rey, como una reina. Esto es lo que significa vivir como la realeza. Nada de esa basura de que su retrato salga en el periódico o de tener mucho dinero. Eso es paja. Usted no teme a nadie porque está completamente satisfecho de no ser nadie. No le interesan el éxito ni el fracaso. No significan nada. Los honores, la desgracia, ¡no significan nada! Si usted se comporta como un estúpido, esto tampoco significa nada. ¡Qué estado tan maravilloso!

Algunas personas llegan a esta meta con dificultad, paso a paso, después de meses y semanas de autoconsciencia. Pero les prometo que no he conocido una sola persona que haya dedicado tiempo a ser consciente que no haya visto una diferencia en cuestión de semanas. La calidad de su vida cambia, de manera que ya no tiene que aceptarlo como cuestión de fe. Lo ve: ella es diferente. Reacciona de manera diferente. En realidad, reacciona menos y actúa más. Ve cosas que nunca ha visto.

Usted tendrá mucha más energía, estará mucho más vivo. La gente cree que si ella no tiene deseos es como leña seca, pero, en realidad, dejaría de estar tensa. Libérese de su temor al fracaso, de sus
tensiones acerca del éxito; usted será usted mismo. Relajado. No conducirá con los frenos puestos. Eso será lo que sucederá.

Hay un hermoso dicho de Tranxu, un sabio chino, que me tomé el trabajo de aprender de memoria. Dice: "Cuando el arquero dispara sin buscar un premio, tiene toda su destreza; cuando dispara para ganar una medalla de bronce, se pone nervioso; cuando dispara para ganar una presa de oro, enceguece, ve dos blancos, y está fuera de sí. Su destreza no ha cambiado, pero el premio lo divide, ¡Le importa! Piensa más en ganar que en disparar, y la necesidad de ganar le quita su poder". ¿No es ésa una imagen de lo que es la mayoría de la gente? Cuando usted no está viviendo por algo, tiene toda su habilidad, tiene toda su energía, está relajado, no le importa, porque no le importa que pierda o que gane.

Ésa es una vida humana. De eso se trata la vida. Eso puede venir solamente de la consciencia. Y en la consciencia usted se dará cuenta de que el honor no significa nada. Es un convencionalismo social, eso es todo. Por esa razón los místicos y los profetas no se preocupaban por eso en absoluto. El honor o el deshonor no significan nada para ellos. vivían en otro mundo, el mundo de los despiertos. El éxito o el fracaso no significaba nada para ellos. Tenían la actitud: "Yo soy estúpido, usted es estúpido, de modo que, ¿Cuál es el problema?".

Alguien dijo: "Las tres cosas más difíciles para un ser humano no son las hazañas físicas ni los logros intelectuales, son, en primer lugar, retornar amor por odio; en segundo lugar, incluir a los excluidos; en tercer lugar, admitir que está equivocado". Pero éstas son las cosas más fáciles del mundo si usted no se ha identificado con el "mi". Usted es capaz de decir cosas como: "¡Me equivoqué! Si usted me conociera mejor, vería con cuanta frecuencia me equivoco. ¿Qué podría esperarse de un estúpido? Si no me he identificado con estos aspectos del "mi", usted no puede herirme. Al principio, los viejos condicionamientos protestarán y usted estará deprimido y ansioso. Usted se afligirá, llorará, etc. "Antes del despertar, estaba deprimido: después del despertar, sigo deprimido". Pero hay una diferencia: ya no me identifico con la depresión. ¿Sabe usted cuán grande es la diferencia?
Usted sale de usted mismo y mira la depresión, y no se identifica con ella. No hace nada para que se acabe; está perfectamente dispuesto a seguir su vida mientras ella pasa por usted y desaparece. Si usted no sabe lo que esto significa, realmente tiene algo por descubrir. ¿Y la ansiedad? Ahí está y usted no se preocupa. ¡Qué extraño! Está ansioso pero no preocupado.

¿No es eso una paradoja? Y usted está dispuesto a permitir que esta nube lo invada, porque cuanto más luche contra ella, mayor poder tendrá sobre usted. Usted está dispuesto a observarla mientras pasa. Usted puede ser feliz en medio de su ansiedad. ¿No es eso locura? Usted puede ser feliz en su depresión. Pero no puede tener un concepto equivocado de la felicidad. ¿Creía que la felicidad eran las emociones o la excitación? Eso es lo que causa la depresión. ¿Nadie se lo dijo? Usted está emocionado, bueno, está bien; pero sólo está preparando el camino para la próxima depresión. Usted está emocionado pero siente ansiedad tras eso: ¿Cómo puedo lograr que dure? Eso no es felicidad, eso es adicción.

¿Me pregunto cuántos no adictos están leyendo este libro? Si usted se parece al grupo promedio, hay muy pocos, muy pocos. No desprecie a los alcohólicos y a los drogadictos: tal vez usted sea tan adicto como ellos. La primera vez que vislumbré este nuevo mundo, fue aterrador. Comprendí lo que significa estar solo, sin un lugar donde apoyar la cabeza, dejar que todos sean libres y ser libre, no ser especial para nadie y amarlos a todos - porque el amor hace eso. Brilla sobre los buenos y los malos por igual; hace que llueva sobre los santos y los pecadores por igual.

¿Es posible que la rosa diga: "Les daré mi perfume a los buenos que quieran olerme, pero no a los malos? ¿O es posible que la lámpara diga: "¿Iluminaré a los buenos que están en esta sala, pero no iluminaré a los malos?”. ¿O puede el árbol decir: "les daré mi sombra a los buenos que descansen junto a mí, pero no a los malos"? estas son imágenes de lo que es el amor.

Siempre ha estado allí, directamente frente a nosotros en las escrituras, aunque nunca quisimos verlo porque estábamos sumergidos en lo que nuestra cultura llama el amor, con sus canciones y sus poemas de amor; eso no es amor en absoluto, eso es lo opuesto al amor. Eso es deseo y control y posesión. Eso es manipulación, y temor, y ansiedad; eso no es amor. Nos dijeron que la felicidad es una piel suave, un lugar de vacaciones. No son esas cosas, pero tenemos maneras sutiles de hacer que nuestra felicidad dependa de esas cosas, tanto dentro como fuera de nosotros. Decimos: "Me niego a ser feliz hasta que desaparezca mi neurosis". Le tengo buenas noticias: puede ser feliz ahora mismo, con la neurosis. ¿Quiere noticias todavía mejores? Hay una sola razón por la cual usted no está experimentando lo que en la india llamamos anand: felicidad, felicidad. Hay una sola razón por la cual usted no es feliz en este momento: porque está pensando o concentrándose en lo que no tiene. De otra manera, sería feliz. Usted se está concentrando en lo que no tiene. Pero ahora mismo usted tiene todo lo que necesita para ser feliz.

Jesús hablaba de sentido común con los laicos, con los hambrientos, con los pobres. Les estaba dando buenas noticias: Tómela, es suya. Pero ¿quién escucha? A nadie le interesa; la gente prefiere estar dormida.

ANTHONY DE MELLO

16.- CHARLAS DE ESPIRITUALIDAD DE ANTHONY DE MELLO CHARLA 16 SOBRE LA DEPENDENCIA



Es lo que los místicos nos han dicho. No estoy diciendo que el "mi", el yo condicionado, no regrese algunas veces a sus esquemas habituales. Así es como hemos sido condicionados. Pero surge la pregunta de si es concebible vivir una vida en la que usted esté tan totalmente solo que no dependa emocionalmente de nadie.

Todos dependemos unos de otros para todo tipo de cosas, ¿no es verdad? Dependemos del carnicero, del panadero, del fabricante de velas. Interdependencia. ¡Eso está bien! Organizamos una sociedad de esta manera, y les asignamos funciones diferentes a personas diferentes para el bienestar de todos, de manera que funcionemos mejor y vivamos con mayor eficacia - al menos, así lo esperamos. Pero depender psicológicamente de otra persona - ¿qué implica eso? Significa depender de otro ser humano para mi felicidad.

Piense en eso. Porque si lo hace, la próxima cosa que usted va a hacer - tenga conciencia de ello o no, - es exigir que los demás contribuyan a su felicidad. Entonces habrá otro paso: temor, temor a perder, temor a estar alienado, temor a ser rechazado, un control mutuo. El amor perfecto expulsa el temor. En donde hay amor no hay exigencias, no hay expectativas, no hay dependencia. Yo no exijo que usted me haga feliz; mi felicidad no está en usted. Si usted me dejara, no me condolería de mí mismo; yo disfruto enormemente de su compañía, pero no me aferro.

Yo disfruto sin aferrarme. Lo que realmente disfruto no es usted; es algo más grande que usted y yo. Es algo que descubrí, una especie de sinfonía, una especie de orquesta que interpreta una melodía en su presencia, pero cuando usted se va, la orquesta no se detiene. Cuando me encuentro con otra persona, la orquesta interpreta otra melodía, la cual también es agradable. Y cuando estoy solo, continúa tocando. Tiene un gran repertorio y nunca deja de tocar. De eso se trata el despertar. También por eso estamos hipnotizados, nos lavan el cerebro, estamos dormidos. Parece terrible preguntar, pero ¿puede decirse que usted me ama si se aferra y no me deja ir? ¿Si no me permite ser? ¿Puede decirse que me ama si me necesita psicológica o emocionalmente para su felicidad? Esto contradice la enseñanza universal de todas las escrituras, todas las religiones, todos los místicos. "¿Cómo pudimos pasarlo por alto durante tantos años?". Repetidamente me digo a mí mismo: ¿Cómo fue posible que no lo viera? Cuando uno lee estas cosas radicales en las escrituras, se pregunta: ¿Este hombre está loco? Pero después de un tiempo empieza a pensar que todos los demás están locos. "Si no renuncias a todo lo que posees, no puedes ser mi discípulo". Hay que dejarlo todo. No se trata de un renunciamiento físico, comprendan; eso es fácil. Cuando sus ilusiones se acaban, por fin uno está en contacto con la realidad, y créanme, nunca volverá a sentirse solo, nunca más.

La soledad no se cura con la compañía humana. La soledad se cura con el contacto con la realidad. Tengo muchísimo que decir sobre eso. El contacto con la realidad, la desaparición de nuestras ilusiones, el contacto con lo real. Sea lo que sea, no tiene nombre. Solamente podemos conocerlo abandonando lo que es irreal. Usted puede saber lo que es la soledad cuando deja de aferrarse, cuando renuncia a su dependencia. Pero el primer paso para lograrlo es que lo vea como deseable. Si no lo ve como deseable, ¿cómo puede llegar a acercarse?

Piense en su soledad. ¿Desaparecería por la compañía humana? Ésta sólo servirá de distracción. Adentro hay un vacío ¿no es así? Y cuando el vacío sale a la superficie, ¿qué hace usted? Huye, enciende el televisor, enciende el radio, lee un libro, busca compañía humana, busca entretenimiento, busca distracción. Todo el mundo hace eso. Actualmente esto es un gran negocio, una industria organizada para distraernos o entretenernos.

ANTHONY DE MELLO

jueves, 23 de abril de 2020

15.- CHARLAS DE ESPIRITUALIDAD DE ANTHONY DE MELLO CHARLA 15 SENTIMIENTOS NEGATIVOS HACIA LOS DEMÁS



En una de mis conferencias alguien hizo el siguiente comentario:
"Quiero compartir con usted algo maravilloso que me sucedió. Fui al cine un día; poco tiempo después, estaba trabajando y realmente tenía problemas con tres personas en mi vida. De manera que dije: Bueno, así como aprendí en el cine, voy a salir de mí mismo. Durante un par de horas me puse en contacto con mis sentimientos, con lo mal que me sentía hacia estas tres personas. Dije: Realmente odio a esas personas. Después dije: Jesús, ¿Qué puedes hacer al respecto? Un poco más tarde me puse a llorar, porque me di cuenta que Jesús había muerto por esas personas, y, de todos modos, ellas no podían evitar ser como eran. Esa tarde tenía que ir a la oficina; allí hablé con esas personas. Les conté mi problema, y ellas estuvieron de acuerdo. Ya no estaba furioso con ellas y ya no las odiaba".

Siempre que usted tiene un sentimiento negativo hacia alguien, está viviendo en una ilusión. Algo grave sucede. No está viviendo la realidad. Algo en su interior tiene que cambiar. Pero ¿eso es lo que generalmente hacemos cuando tenemos un sentimiento negativo? "Él tiene la culpa, ella tiene la culpa. Ella tiene que cambiar". ¡No! El mundo está bien. El que tiene que cambiar es usted.

Uno de ustedes dijo que trabajaba en una institución. Durante una reunión del personal, alguien solía decir, inevitablemente: "La alimentación de aquí es pésima", y la nutricionista se salía de sus casillas. Se había identificado con la alimentación y decía: "El que ataque la alimentación, me ataca a mí; me siento amenazada". Pero el "yo" nunca está amenazado; solamente el "mí" es amenazado.

Pero supongamos que usted presencia una injusticia evidente, algo que está obvia y objetivamente mal. ¿No sería una reacción apropiada decir que esto no debiera suceder? ¿De alguna manera usted debe involucrarse en la corrección de una situación que está mal? Alguien maltrata a un niño, y usted ve el abuso. ¿Qué hacer frente a algo como eso? Espero que no haya dado por sentado que yo dije que no debía hacer nada. Dije que si usted no tuviera sentimientos negativos sería mucho más eficiente, mucho más eficiente. Porque cuando entran en juego los sentimientos negativos, usted se vuelve ciego. Aparece el "mi", y todo se desorganiza. En donde antes teníamos un problema, ahora tenemos dos problemas. Muchos suponen erróneamente que, si uno no tiene sentimientos negativos como la ira, el resentimiento y el odio, significa que no debe hacer nada frente a una situación. ¡Ah, no, no, no! Usted no se siente emocionalmente afectado, pero actúa de inmediato. Se vuelve muy sensible a las cosas y a las personas que lo rodean. Lo que mata la sensibilidad es lo que mucha gente llama el ego condicionado: cuando uno se identifica tanto con el "mi" que hay demasiado "mi" para poder ver las cosas objetivamente, con desprendimiento. Es muy importante que cuando usted actúe pueda ver las cosas con desprendimiento. Pero las emociones negativas se lo impiden.

Entonces, ¿Cómo llamaríamos ese tipo de pasión que activa la energía para hacer algo respecto a los males objetivos? Sea lo que sea, no es una reacción; es una acción.

Algunos de ustedes se preguntan si existe un área gris antes de que algo se convierta en un apego, antes de que tenga lugar la identificación. Digamos que muere un amigo. Parece bien y muy humano sentir algo de tristeza. Pero ¿qué reacción? ¿Compasión de sí mismo? ¿Qué será lo que le produce aflicción? Piense en eso. Lo que le estoy diciendo le parecerá terrible, pero ya le dije, vengo de otro mundo. Su reacción es de pérdida personal ¿verdad? Le produce lástima el "mi", o se conduele de otras personas a quienes su amigo alegraba. Por eso quiere decir que le producen lástima otras personas a quienes les producen lástima ellas mismas. Si no se conduelen de ellas mismas, ¿de qué podrían condolerse? Nunca sentimos tristeza cuando perdemos algo a lo que le hemos permitido ser libre, que no hemos tratado de poseer. La tristeza es una señal de que hice depender mi felicidad de esta cosa o persona, al menos en alguna medida. Estamos tan acostumbrados a oír lo contrario de esto, que lo que digo suena inhumano, ¿no es verdad?

ANTHONY DE MELLO